Deberías volver, estoy siendo todo lo que algún día te prometí ser. He estado bien sin ti, no miento, te extraño pero estoy bien. Ayer fui por una rosa y recordé las veces que quise que me regalaras una. Recordé las veces que grite que te amaba, así como tú nunca pudiste hacerlo, recordé las veces que las canciones entraban por mis oídos, llegaban a mi corazón y terminaban en mis ojos caminando por mis mejillas mientras me convencía de que todo estaba bien. Aparentemente sigo mi vida, mis sueños están bastante bien, van encaminados, así como nunca pensaste que sería, como siempre, pienso en tus palabras como estacas y en la manera en la que preferías a esas chicas totalmente realizadas, aquellas que tenían claro que eran y que querían mientras que yo aún no podía decidir si en verdad el color amarillo me gustaba o simplemente era un lindo recuerdo de mi infancia.
Deberías volver, tengo todo lo que pediste de mi, ahora suelo pensar antes de actuar, pinto mis uñas y arreglo mi cabello así como lo pedías. Así como te gustaba cuando veías otra chica hacerlo. Ahora no dejo que nadie me diga que algo está mal en mi, quizá eso no te guste pero podríamos llegar a un acuerdo.
Hoy me acorde de ti al salir hacia mi trabajo, vi muchos fuegos artificiales, los estaban tirando a la basura, ya habían sido utilizados, brillaron en su momento y su dueño los disfruto mientras sirvieron para su regocijo. Una lagrima salió de la nada y recordé como te gustan los fuegos artificiales, pero esta vez pensé en como te gustaba yo cuando aún brillaba para ti.
Deberías volver, no por todo lo que he hecho, no por los sueños cumplidos, no por el cambio que he tenido al pasar de los años. Simplemente deberías volver porque te extraño y esa ya es una razón para volver.