Es curioso escuchar los sonidos que la noche produce. Aquellos que llaman a gritos por recuerdos y caricias que sólo tras ocultarce el sol pueden ser revelados. Bajo la sombra de mi lápiz y las caricias de mis letras, escribo una historia que anhela ser contada.
Entonces el grafito se gasta y 1978 palabras quedan incompletas. Bajo la sombra de la luna te escribo con el pensamiento y te recuerdo con el destello de cientos de estrellas. Siempre fuiste la constelación más fascinante, una que tenía su propia galaxia sin siquiera notarlo.
¿Seguirás escribiendo?
Siempre lo hago.
Yo no te he leído.
Ven, toca mi alma y dime que sientes. No te asustes por lo triste que puede llegar a ser. Porque ella es mi confidente. Mi compañera.
La orilla del mar está tan cerca. Sólo que mis pies están llenos de cicatrices.