Hola a todos. No me creo que el último mensaje que dejé aquí fuera ya hace dos años. El tiempo vuela.
En primer lugar, quiero decir que mi correo sigue activo y que en cualquier momento me podéis escribir para lo que sea. Siempre estoy y estaré encantada de enviar fanfics antiguos (no publicados) a quien me lo pida. (Con la condición de que sean exclusivamente para uso personal, que no se divulguen y publiquen en cualquier otro lado.)
En segundo lugar, solamente escribo aquí porque me apetecía hacer una pequeña reflexión. Aún me llega algún que otro correo vuestro y siempre me emociono. Me llega al corazón que me digáis que os gusta cómo escribo y que lo sentís profundamente... Hay pocos sentimientos tan bonitos como aquel que tenemos cuando unas palabras nos llegan a lo más hondo. Me siento increíblemente afortunada al saber que vosotros podáis llegar a sentir esto con algo que yo he escrito.
Dejé de escribir alrededor de hace cinco años, ¿creo? Estoy en mi último año en la universidad, y me gradúo muy pronto (no sé si lo sabréis) de Filología Hispánica (y Estudios Ingleses). Ni que decir tiene, he leído mucho durante estos últimos cinco años en la universidad. También he aprendido innumerables cosas sobre literatura, y sobre escribir. Lo malo de haber leído tanto es que la comparación es inevitable; muchas veces pienso en retomar la escritura, pero recuerdo a aquel autor que me gusta tanto, y que lo hace mil veces mejor que yo, y no puedo. No quiero decir que yo crea que no tengo talento, sino que es duro para mí.
Antes solía escribir cuando me sentía perdida, deprimida, ansiosa. Es muy difícil para mí escribir cuando no siento una emoción profundamente triste. Ahora tengo algo muy parecido a la estabilidad, y quiero pensar que a la felicidad. Sigo estando intensamente enamorada, y eso a veces me impulsa a escribir, pero esas son cosas que mantengo privadas. Sin embargo, después de una pequeña conversación con mi novio, no sé... Quizás merezca la pena volver, ¿no?