La indiferencia ante el sufrimiento humano, la pasividad ante las causas que provocan las penas de este mundo, los remedios coyunturales que no conducen a sanar en profundidad las heridas de las personas y de los pueblos, son faltas graves de omisión, ante las cuales todo hombre de buena voluntad debe convertirse y escuchar el grito de los que sufren. Entre los tantos problemas que generan el sufrimiento humano está la extrema pobreza. La idea es aportar una semilla para educar al mundo necesitado en lo fundamental su subsistencia y enseñarles a ser autosuficientes