⠀
⠀⠀émie. ⎯⎯ ⟋y, en tal marejada de confusión y estrépito de bar, yacía la joven de rizos aureolados, inadvertida, aunque erigida en centro del tumulto, desfogando, en embriaguez cercana al éxtasis de los sentidos, su inagotable tragedia ante el bartender, cuya faz pétrea y oídos endurecidos permanecían impermeables al clamor ajeno; paralelamente, el entrechocar de jarras, confundido con los rasgueos chirriantes de cordófonos y laúdes, atestaba el éter de un delirio casi palpable; y sus lamentos, fragmentarios y sinuosos, disipábanse sin cauce ni cófrade atento en la barahúnda circundante.
á su vera hallábase otra mujer, de melena de ébano lustroso, ceñida en artificios de guiños furtivos y sentencias susurradas que, semejando hálitos de confidencia, urdía un sigiloso entramado de galantería soterrada en derredor de una dama aledaña; empero, la interpelada, transida por la extravagancia y la insidia del invite, irguióse de súbito, apartándose con celeridad rayana en hastío, dejando tras sí una estela de ausencia donde la primera, en estatismo fascinante, hallóse imposibilitada de eludirla.
allí quedó, embargada del pasmo, hasta que la carcajada procaz, desatada en otra boca ante el desaire presenciado, quebró su contemplación silente, constriñéndola á girarse hacia aquel jolgorio impertinente que ahora demandábala. ríes mucho… dime. ⟋pronunció, en cadencia comedida, los fonemas levitando en torno al margen aéreo. ¿siempre eres así, o solo cuando nadie espera mirarte? ⟋y una sonrisa leve, reliquia casi extinguida de humores, insinuóse en sus labros teñidos de carmín al paso de sus palabras, en tanto que la inalterable vigilancia de sus pupilas proseguía, sin amnistía ni fatiga, á sondear cada vacilación, cada torsión del porte rubio que ante sí desplegábase. es curioso… cómo alguien puede ocupar un lugar sin control alguno y, aun así, obligarme á prestarle atención. ❤︎
