Leí casi todos tus libros, Ámbar, y cada uno fue como entrar en un reino donde el vínculo emocional con los personajes se sentía real, profundo, vibrante. Aún me faltan Señora del Alfa y Wandlung, pero los espero con la paciencia sagrada de quien cree que las historias vivas siempre encuentran su camino.
Mis favoritos han sido La Niñera y el Embajador, El Rey y su Duquesa y La Actriz del Magnate — no solo por lo que cuentan, sino por cómo laten. Gracias por escribir universos donde el amor no es cliché, desafío, memoria.
Si algún día decides volver, aquí hay una lectora que sigue habitando tus palabras. Como la luna que no desaparece, solo cambia de fase.
— una lectora que aún cree en tus historias.