sus manos en las mejillas de aquel lo miman con ternura, bajando por su cuello para acariciar con la yema de los dedos las hebras en su nuca y masajear con sus pulgares la mandíbula recta del pelirrojo. sus rostros estaban cerca y ella le miraba a los ojos, sintiendo sus respiraciones mezclarse, sin llegar a tocarse más allá de sus frentes conectadas. contémplale como quien está absorto en algo que le es demasiado valioso y preciado, a quien ni dándole toda su atención sería capaz de descifrar en su totalidad cada detalle, cada minúsculo centímetro de cuerpo, de sus pensamientos y de su forma de ser, sin embargo aquello no restaba a su amor, el cual seguía igual de firme y profundo como había sido desde la primera vez en que aquel hizo vibrar a su corazón; capaz era era ese amor el que, aunque fuese imposible, insistía por seguir escuchándolo y conociendo más de él, pese a la imposibilidad y las dificultades, allí siempre estaría para escucharlo. después de todo, como esposa era suya en cuerpo y alma. ──... está bien, incluso si me haces daño, Blake. ──susurra contra su oído, sintiendo un pequeño ajetreo en su cuerpo al empezar a ser desnudada, acomodándose bajo la anatomía de aquel, su cabello rubio se desorientaba sobre la cama, entre suspiros ansiosos por su toque. ──porque yo sé.. que me amas. siempre elegiré confiar en ti, por sobre todo y sé que no me lastimarías, pero incluso si pasara.. no deberías martirizarte porque fue mi decisión, para mí no podría ser nadie más, solo tú. ──su mano termina sobre la frente de aquel, tirando hacia atrás algunos mechones para poder verle mejor, todo su rostro, mientras se sentía atolondrada por la calidez de la cercanía que nacía del afecto mutuo, y vencía de manera irónica el frío de aquel invierno.