Uno debería aceptarse de pies a cabeza, de adentro hacia afuera; comprenderse, reconocer y amarse, en ese orden, pero se que a veces parece imposible amar a la persona que vemos frente al espejo.
No todos nos enorgullecemos de nuestros gustos, nuestra apariencia, nuestro pensar y creer. No lo hacemos, aunque deberíamos.
Aprender a quererse lleva tiempo, y nosotros no somos nadie para obligar a alguien a hacerlo, independientemente de que creemos que ser diferente no es malo. Todo lo contrario
-Kansas