Capítulo № 01

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Esquina.

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Madeline Hopper.

Tomamos decisiones que pueden acabar con nosotros, hay momentos en los que nadie logra pensar un poco cuando la situación está a punto de acabar con la paciencia que nos mantiene con vida.

Salimos de casa con un nudo en nuestra garganta, quizás para intentar ser fuertes ante el mundo, para que nadie mire nuestras debilidades, siempre sonreímos, siempre nos hacemos los distantes, nos convertimos en una sombra de el mundo, donde muchos, bueno, aquellos que aún le sonríen a la vida, donde ellos no se atreven a mirar a los que ya estamos destrozados en incontables aspectos.

Nos permitimos ser medidos por el mundo, por lo que tenemos, por lo poco que llegamos a saber, nos dejamos calificar por aquellos que están vacíos y cual único propósito siempre será hacer sentir mal o de menos a los demás.

Ella es Madeleine Hopper y esta es su historia, todo comienza justo donde sus esperanzas por vivir o si quiera sobrevivir se esfumaban, dejando sin aire sus pulmones.

No hay alarma que la despierte, tampoco una madre cariñosa que de suaves toques a la puerta de la vieja habitación, no hay hermanos amoroso y/o gruñones que invadan su espacio gritando su nombre, no, nunca tuvo esa sensación de la familia perfecta, pero si que conoce la sensación de ser despertada por gritos, a veces por golpes en sus piernas, lo se, no exagero, pero esta es la maldita vida de Madeline, Madeleine Hopper.

Es de noche, Thomas, su tío —hermano de mamá— o el que se hace llamar como tal, aún no llega del trabajo o de alcoholizarse, eso da ventaja para salir de esta habitación, sin ser interrumpida.

Vestía algo cómodo y a la vez, al lenguaje de el humano común, vestía algo provocativo.

*Su trabajo trata de eso, siempre de sonreír, fingir que esta a gusta con esto e intentar sobrevivir.

Caminaba por aquellas calles, vacías, no había mucha iluminación, todo estaba tan silencioso, no temia en ninguna manera caminar sola a esta hora por aquí, pues siempre lo hacía, su cliente más valioso solo podía recogerle en este lugar.

Donde no hubiesen testigos que se interpondrían o personas cuyo propósito pudiese ser chantajear a uno de los embajadores más importantes de el país, lo cual no favorecería en ningún aspecto a Madeleine y mucho menos a la reputación de aquella familia tan prestigiosa.

Siempre cambiaban de ritmo, su ruta nunca podía ser la misma calle o la misma avenida, aunque nunca cambiaban de residencia.

Esta vez Madelina podía observar a lo lejos un letrero de un lugar de boxeo, eso le recordaba a su ex mejor amigo, con luces led, que dejaban ver las calles cuando la luna acompañaba a aquellos faroles que ya no funcionaban.

Seguía caminando hasta pasarlo, el ruido del interior llamó su atención por segundos. El estacionamiento del lugar estaba lleno, un grupo de hombres que fumaban cerca de la entrada la ojearon gritando obscenidades, ella siguió caminando ignorando tales comentarios pues aún no llegaba a la esquina del encuentro, aunque ella ya sabia y podía sentir que aquella camioneta ya estaba detrás de ella, siguió su rumbo tranquilamente, pasando por completo aquel lugar al cual el letrero de luces led pertenecía.

A veces se cuestionaba la razón del porqué tenía esta vida, incluso habían noches en las que recostada en alguna cama de motel se imaginaba su vida diferente, con padres presentes, hermanos pequeños o ella siendo la hermana menor a la que protegen de todo.

Sin RetornoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora