XXXIII

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Maratón 4/4


***


Sabes, a veces cuando estás en esa fase depresiva y piensas en la muerte, y cómo morirías...

Bueno, siempre me pregunté, si envejecería y moriría mientras dormía, o si sería trágico, espantoso y doloroso.

Bueno, ahora lo sabía, iba a morir aplastada por un coche.

Cerré mis ojos.

Espero que Lauren esté a salvo.


El coche se detuvo con un chirrido. Abrí los ojos solo para ser cegada por un par de faros. Las puertas del coche se abrieron y se cerraron de golpe.

Un joven preocupado salió del auto. - ¡Mierda! ¿Qué pasó? ¿Estás bien? ¿Te atropelló un auto? -

- Tuve un accidente... - comencé a explicar. También había una mujer con él que supuse que era su esposa.

Ella le lanzó una mirada antes de que la oyera susurrar. - Tal vez sea una trampa para robarnos. No deberíamos involucrarnos en esto -

- Por favor... - le supliqué - Mi esposa también estuvo en el accidente. Podría estar herida. Tienes que ayudarme a llevarla al hospital. Al menos déjame llamar a emergencias -

- Vamos, cariño - Ella insistió, agarrando su mano e intentando empujarlo hacia el interior del coche.

El hombre parecía dividido entre escuchar a su esposa y hacer lo correcto.

- Por favor -

No tengo nada que perder.

Si se negaban a ayudarme, moriría de todos modos.

- A la mierda - Caminó alrededor del auto y me rodeó con un brazo y el otro debajo de mis rodillas mientras me levantaba.

- Espera, primero tienes que ayudarme a buscar a mi esposa - le dije. - Debe estar aquí en alguna parte -

El hombre miró a su esposa. - Llama a emergencias. Tiene heridas, voy a ir a buscar a su esposa -

- ¡No puedes hablar en serio, Sean! - chilló.

- ¡Claramente necesita nuestra ayuda, Chelsea! No seas una perra tan cruel -

- Wow, soy una perra cruel ahora, ¿tengo que recordarte todas las veces que tu... -

Mi cabeza comenzó a sentirse pesada y estaba perdiendo el conocimiento. Mi visión se estaba volviendo borrosa, y estaban entrando y saliendo de foco. No tenía el lujo de estar inconsciente, necesitaba asegurarme de que Lauren estaba a salvo. 

Extendí la mano hacia ellos, mi mente y mi cuerpo luchando entre sí mientras continuaban discutiendo.

- Lauren... - logré decir.

Y luego la oscuridad me rodeaba. 


***

Abrí los ojos a una habitación de hospital.

Mi brazo estaba conectado a una vía intravenosa y no había nadie alrededor.

¿Quién era yo?

Empecé a preguntarme y luego se me ocurrió.

Oh, sí, soy Camila Cabello y vivo con mi tío pervertido que no sirve para nada.

¡No, eso no está bien!

Mi respiración comenzó a acelerarse cuando comencé a pensar más duro, devanándome el cerebro.

¿Por qué estaba en el hospital y qué me trajo hasta aquí?

Blind MindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora