XIII

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Lauren dejó de tomar medicamentos por completo.

La sirviente traía las pastillas dos veces al día, pero me aseguré de que no las tomara, y poco a poco comencé a notar alguna diferencia en el comportamiento de Lauren. Los cambios de humor se estaban volviendo comparativamente menores; no estaba somnolienta durante el día y podía formar mejores oraciones y parecía más feliz.

Era como si Lauren saliera al sol después de un día sombrío y aburrido.

Todo lo que tenía que hacer ahora era esperar un poco hasta que recuperara sus recuerdos, y eso estaba bien.

Tenía mucho tiempo libre, considerando que todo lo que hacía era sentarme y ver a Lauren jugar, comer y jugar un poco más. No podía arriesgarme a tratar de encontrar una salida de aquí solo para ser golpeada hasta la mitad de la muerte. Me rompieron las piernas antes; no sería demasiado difícil para ellos matarme la próxima vez que intentara escapar.

Mi único boleto para salir de este lugar era Lauren.

Y recientemente noté que mostraba un comportamiento extraño cada vez que estaba con ella. Me miraba con esa expresión acalorada en su rostro, no era ni mucho menos inocente, al contrario, me hacía creer que me estaba viendo con otro sentido.

¿Podría catalogarlo como soledad?

Quizás, dado que había estado sin compañía durante mucho tiempo, el instinto básico era hacer que se sintiera así conmigo.

Era muy difícil descifrar los pensamientos y sentimientos de Lauren con solo mirarla, ya que era muy buena ocultándolos bien.

Decidí olvidar esos pensamientos y comencé a bajar las escaleras cuando vi a Chris subir a su habitación.
Llevaba una mochila y una bolsa de Burger King.

Y no estaba solo...

Una atractiva chica afroamericana estaba con él, parecía tener la misma edad y sosteniendo dos grandes batidos. Ella se reía de algo que él decía, y los dos parecían estar perdidos en su mundo hasta que sus ojos se encontraron con los míos y dejó de subir las escaleras.

Los ojos de Chris siguieron su mirada y se posaron en mí. 

- Hey - Él dijo.

- Hola - Les sonreí. - ¿No me vas a presentar a tu amiga? -

Chris me lanzó una advertencia silenciosa, desafiándome a decir algo sobre lo que estaba pasando en esta casa. Pero también había miedo brillando en esos ojos, miedo por lo que sucedería si decidía abrir la boca y derramar las malas acciones de sus hermanos.

- Ella es Madison - me dijo. - Maddy, ella es Camila, es la niñera de mi hermana -

- Taylor es difícil, estoy segura de que lo estás pasando mal con ella - dijo ella con humor.

Me reí.

Chris frunció el ceño. - No para Taylor. Ella es la niñera de Lauren -

Deberías haber visto su cara.

- Oh. Ya veo... -

Cualquiera se quedaría sin palabras al saber que la hermana mayor necesitaba una niñera.

El silencio comenzaba a volverse incómodo; podía escuchar los grillos de fondo.

- Tenemos hamburguesas y papas fritas, ¿te gustaría acompañarnos? - ella me preguntó. 

Madison parecía una chica dulce, algo que era un soplo de aire fresco en esta casa.  Chris le dio un codazo y, por supuesto, me di cuenta de la forma en que sutilmente pateó su zapato. 

Blind MindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora