⚕ La tierra Kahimura

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Mi cuerpo se siente pesado y cálido, siento como si mis heridas fueran sanadas en instantes pero a cambio se llevara mi energía

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Mi cuerpo se siente pesado y cálido, siento como si mis heridas fueran sanadas en instantes pero a cambio se llevara mi energía. Pesadamente abrí los ojos.

-Vaya, por fin despiertas.

-Mierda, devuélvanme al coma-
Murmuré al encontrarme con el mocoso que me hizo estar en esa situación.

-Vamos, a que estas cómodo ahí- me lanzó una almohada al decir aquello.

-Lo admito, es reconfortante saber que no me asesinaron.

Ambos rieron.

 -Espera, ¡¿Dónde está mi listón?!.

-Oh si- En cuanto el chico lo sacó de sus bolsillos Koharu se lo arrebató de netre las manos y lo aferró a su pecho como si fuera el elixir de la vida.

-Wow tranquilo, por suerte el estallido que hubo entre ustedes logró arrebatárselo y lo arrojó a unos metros.

-Es un alivio, ¿Dónde estoy?.

-Bueno... no podía llevarte a un hospital así que, bienvenido a mi hogar-

El chico extendió los brazos señalando todo el lugar, que era algo humilde.

-Bueno, al menos no estoy tirado en la calle.

-Oye!- el chico golpeo en el hombro a la vez que Koharu reía por lo bajo.

-Deberías agradecer que no te dejé a manos de aquel estropajo y te curé- dijo haciendo un puchero.

-Bien, te lo agradezco. Pero tengo que volver a mi casa.

-¿Bromeas? No han pasado ni tres horas desde lo ocurrido.

-Bueno, debe ser gracias a tus increíbles poderes sanadores-dijo con ironía- por cierto que sigo molesto porque en aquel callejón tuve que salvarte el pellejo mientras volabas y disparabas rayos en el centro-

Koharu se levantó y tomó sus cosas para salir, el chico lo siguió hasta la puerta.

-Sobre lo de antes... Lo siento, solo que no podía usar mi artefacto en ese momento y soy un poco débil sin él.

-Mh, me tienes con dudas pero no perderé más mi tiempo. Como sea gracias por curarme, aunque para empezar tu creaste todo.

-¿No crees que eres un poco grotesco?.

-Como sea  me debes una explicación.

-¿De qué hablas?

-¿Quién era el hombre que intentó matarme y clamó haberme estado vigilando?

-Oh bueno, verás-

En medio de la discusión el bastón del chico comenzó a agitarse y a brillar, inmediatamente los dos jóvenes lo miraron y Koharu dió un salto hacia atrás.

-¿Qué pasa?

-mierda...-aunque el chico murmuró Koharu lo escuchó.

Antes de que koharu pudiera escapar una luz salió disparada del artefacto y Koharu se retorció del ardor que le provocaba a sus ojos. Tras unos segundos que para él parecieron minutos bajó sus brazos encontrándose con que al chico enano no le había afectado en absoluto. El pequeño seguía apoyado en su puerta con la pierna derecha cruzada y con una cara de aburrimiento limpiaba la cera de su oído con el dedo meñique?

-¿Ah?

-¿Qué?- el tono de indiferencia molestó a Koharu.

-Como que '¿qué?', ¿a caso viste lo que tu cosa hizo?

-Hola, número 37- Al escuchar a un desconocido detrás suyo Koharu se giró dispuesto a defenderse, desenfundando una daga que siempre mantiene en las mangas de su camiseta.

Se encontró con tres hombres vestidos con largas túnicas blancas con los bordes dorados. Dos de ellos eran calvos y el que se encontraba liderando parecía alcanzar ya la edad avanzada; poseía una larga y grisácea barba. Los tres tipos mantenían las manos en sus espaldas.

-Jovencito- El anciano bajó la mirada saludando a Koharu.

-¿Quienes son ustedes?-dijo Koharu sin abandonar su pose. Y el hombre extendió una mano como a un cachorro.

-Tranquilo muchacho, permítenos hablar con- el hombre no pudo terminar ya que Koharu lo interrumpió haciendo girar su daga entre sus dedos con orgullo.

-No me interesa. Me voy

-No puedes irte muchacho.

Koharu se detuvo en seco y al fijarse en su alrededor notó que el tiempo se había congelado. Por las calles las personas ni las aves se movían.

-¿Qué has hecho mocoso?- esta vez Koharu optó un semblante mucho mas oscuro y temible que logró atemorizar al chico.

-n-n-no he hecho nada- alzó la voz nerviosa y su culpabilidad se vio todavía más indiscutible. El hombre del rostro arrugado se dirigió de nuevo al chico.

-Número 37, ha sido convocado para juicio y sentencia de violación de las leyes del tratado de protección a los artefactos Mihuwi y hurto del artefacto número 37 que posee ahora.

Koharu se giró mirando al pequeño chico con desprecio desde su altura.

-No he robado nada- murmuró y agachó la cabeza avergonzado.

-De ser así el estudiante Alex tendría su artefacto ahora mismo y no estaría en el hospital.

El chico tensó todo su cuerpo y miró al piso.

Mientras, Koharu se retorcía por dentro arrepintiéndose de salvar a aquel chico.

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Bueno bueno, nos vemos en el próximo capítulo. Chao

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⏰ Última actualización: Feb 11, 2021 ⏰

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