Capítulo 3

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Volvemos con Yuta en las cavernas 



-Espera! No corras tan rápido - el chico mee gritaba mientras me alejaba buscando una salida.

¿Qué demonios está pasando? Mis piernas se mueven involuntariamente, quiero escuchar lo que ese chico tiene para decir pero, una parte de mi dice que tengo que alejarme. Ese chico emana un aura de peligro, es como si él mismo te llevara a un pozo sin fondo, alejándote de la luz.
Su cabello blanco le caía sobre los hombros, era muy delgado y un poco alto. Iba con los pies desnudos y una ropa gris totalmente desgastada además de que sus tobillos se veían amenazados por unas pesadas cadenas que tintineaban al correr.
Me alejaba rápidamente del lugar, acercándome a la puerta y descubrí que ésta estaba cerrada. Me aventé contra ella tratando de abrirla pero no se movía ni un centímetro. El chico se acercaba y lo único en lo que pensé fue en echarme al piso y cubrir mi cara con mis manos, una idea bastante estúpida. Cuando el chico llegó hasta mi se arrodillo viéndome fijamente.

-Lo lamento si te asusté- ponía sus manos por delante de él como si temiera que saliera huyendo de nuevo.

-¿quién eres? - dije con la voz entrecortada.

-Puedes decirme Wan, sé que es un poco extraño para ti encontrarte de repente en este lugar, pero necesito de tu ayuda, además puedo ayudarte a recordar-

No tengo idea de lo que este chico habla. Cuándo se acercó a mi me di cuenta de que tenía una gran cadena aprisionando su cuello, le colgaba una más pequeña qué caía sobre su pecho. Tomó un mechón de mi cabello y lo entrelazó con sus pálidos y delgados dedos.

-¿Recordar?-

Comencé a sentirme muy nerviosa, acercó su cara aún más a la mía. Entreabriendo sus labios, los acercó a los míos y con un movimiento rápido me besó, tomando mis manos para asegurarse de que no me opusiera a esto.

En ese momento sentí que una llama recorría mi cuerpo entero, casi como si estuviera ardiendo. De pronto una luz cegadora vino a mis ojos, y Comencé a ver flamas azules... una silueta se posaba frente a mi, no podía verla bien. Tenía la vista borrosa y la silueta decía algo pero no podía saber exactamente qué era lo que me estaba diciendo cuando de pronto la silueta me tiró un golpe qué me dejó aturdida.

Abrí los ojos, no recordaba haberlos cerrado. Estaba en mi habitación, sobre mi cama. Miré a mi alrededor y todo estaba en orden.
En ese momento solo una cosa pasaba por mi cabeza.

¿Por que soñé con mi vecino y compañero de clases?

Aah, esto es muy confuso. Pero aquel jardín se sentía tan real, era tan... Tan hermoso...

Miré el reloj qué estaba sobre mi pequeña cómoda y marcaba casi las 8. Si no me daba prisa llegaría tarde a clases.
Cuando estuve lista bajé las escaleras y por el silencio qué había me di cuenta de que mi madre ya se había ido. No éramos muy cercanas de todas formas.
Tomé mis llaves y salí de casa. El camino hacia la escuela fue silencioso, no pasaban muchos autos por la ruta qué yo tomaba y la cera siempre estaba despejada; además de que estaba nublado. Ya en la escuela pude notar qué unas chicas me señalaban y cuchicheaban sobre mi pero las ignoré y seguí mi camino.
Cuando entre al aula muchos de los que estaban hablando se callaron y limitaron a mirarme curiosos. Me senté en mi banca correspondiente y entonces vi, que la mesa estaba totalmente llena de dibujos y grafitis, palabras como "suicidate" y "eres una zorra" eran las más vistosas. Suficiente.

Me puse de pie con la cabeza baja tratando de aguantar los sollozos, al levantar la cabeza hable con voz firme.

-¿Quién ha sido?-

TUMBAS DE NEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora