Capítulo 1

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Bobby

Desde la ventana de la cocina veo como Blake camina por encima de la cerca. Se detiene en el mismo lugar de siempre, cerca de la puerta de madera que encierra al ganado. Mira a todas partes, como asegurándose que nadie lo interrumpa, estira su cuello y el sonido que sale de su garganta invade toda la granja. El gallo descansa y vuelve a soltar su canto una vez más. Cuando ha terminado, se lanza hacia la tierra y después de un perfecto aterrizaje, camina hacia el otro lado de la granja.

Tomo un sorbo a mi bebida caliente y sonrío cuando escucho las pisadas en la escalera.

—¿Es esto una victoria? —Pregunta mi padre al aparecer por el umbral de la puerta.

—Una contundente.

—Si ese pobre gallo se da cuenta que te has despertado antes que él cantara, estará atormentándote todo el día.

—Eso pretendo.

Papá pasa directamente a la estufa donde ya he puesto el café. Se sirve en su taza roja y me acompaña en la mesa en medio de la estancia.

—Aun ni siquiera se ha despertado. ¿Estas nerviosa?

—Un poco.

—No veo por qué. Has preparado todo demasiado bien. —Levanto los hombros— Ojalá lo fueras con la mitad de las cosas que hay que hacer aquí.

Sonrío.

—¿Y tú? ¿Estas nervioso?

—Para nada. Estoy emocionado.

Dejo la taza a un lado y lo miro con curiosidad.

—¡Por fin mi hija me presentará a su novia!

Los dos reímos.

—Por fin podré hacer esas bromas de mostrarle tus fotos de cuando eras bebé. ¡Ah! Y disfrutaré mucho hablar con su madre sobre la futura boda.

—Oye, oye, calma. No te apresures así.

—¿Acaso no lo quieres? —Su tono es serio, pero amable— Siento que con ella todo es diferente.

—Lo es. Con ella estoy dispuesta a todo.

Incluso a poner en riesgo mi vida, pero eso es demasiado. No es como si... no. Es algo pasajero, algo que los doctores dicen que es normal. Cuando subo a mi habitación siento la respiración apresurada, otra vez. Me siento en la cama y trato de normalizarla, pero cada vez es más difícil. Al menos la bebida caliente ha ayudado un poco y pude llevar con normalidad la conversación con papá.

Tres meses han pasado desde que estuve confinada con Brooke en la cabaña de sus tíos, luego de haber sido diagnosticadas como positivas al virus. Ella no supo cómo se contagió y yo sospecho que lo estaba antes de llegar con ella. Es un virus extraño y complicado, pues a nuestras familias se les hizo también la prueba, pero todos salieron negativos.

Los síntomas fueron leves, al menos para ella. Yo si tuve más tiempo en cama, con algunas dificultades para respirar y la pérdida del sentido del olfato. Aún recuerdo cuando me desperté y todo fue confuso. Brooke me había llevado esa mañana el desayuno a la cama y yo no pude sentir el aroma del café.

Un mes después, nos practicaron de nuevo la prueba y arrojamos negativo. Aun así nos tomamos 15 días más en la cabaña hasta que fue momento de regresar. Mi padre me extrañaba, y su familia también. No fue la despedida. Brooke me quería y quería intentarlo a pesar de la distancia, que realmente no es mucha. Hace un mes incluso estuve visitándola en Weller para el cumpleaños de Jonas. Me mostró la ciudad e incluso fuimos a un concierto. Fue un fin de semana maravilloso y quiero que este también lo sea.

Confinadas: Brooke visita la granjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora