La humedad que se sentía en los pies fuera del agua, era simplemente agradable, por lo que con pequeñas risas metía y sacaba sus piececitos del lago donde estaba, mientras esperaba tranquilo la llegada de su novio.
El clima de ese día ayudaba mucho con los planes que tenían; es decir, nunca toleró lo caluroso ni lo frío, así que una reunión junto al lago a temperatura media, era sencillo pero bonito.
Mientras meneaba la cabeza al ritmo de una música en su mente, escuchó detrás de él unas pisadas sobre las hojas secas, y éstas acercándose donde estaba. Volteó curioso sin dejar de cantar y sonrió automáticamente cuando lo vio.
Víctor le devolvió la sonrisa, y con una de sus manos libres lo saludó.
- Traje todo lo que pude. - El mayor dejó al lado de Acenix una canasta con cosas dentro de ella, y tomó asiento a su lado.
- ¿Incluido pescadito? - Preguntó el menor con sus ojos cerrados.
- Sí, también hay pescadito ahí. - Víctor desordenó los cabellos plomos del menor y lo abrazó.
Ya habían pasado cuatro años desde que por fin decidieron confirmar su relación.
Fue más fácil de lo que llegaron a pensar, solo un par de salidas y miraditas sirvieron para capturar el corazón de cada uno. Por esa razón, ahora los abrazos y besos era más fáciles de conseguir. y las citas, aunque no fueran contantes; les permitía momentos memorables.
Como ahora que, Acenix miraba sin vergüenza alguna el torso desnudo de Víctor, y sonreía travieso ante la imagen sin que el mayor se diera cuenta.
- La cabaña en el campo fue muy buena elección. Y por lo que veo, te gustan estos lugares. - comentó el castaño mientras sacaba un par de cosas de la canasta, luego levantó la mirada al sentir una pesada en él. - ¿Qué ves, pequeño Acenix? - sonrió coqueto al ver el sonrojo en el otro.
- Que hoy estás más guapo de lo normal. Eso. - Acenix desvió un poco su mirada, al verse tan indiscreto. - y... no soy pequeño, ya tengo veintidós años.
- Aún así soy mayor que tú, por lo tanto, eres mi pequeño.
- iugh~. - El menor comenzó a reír. - eso sonó tan cursi. Aunque no me sorprende en realidad. - Acenix se levantó sonriente y se acercó más al lago, logrando colocar sus pies enteros dentro de él.
- Ah, mira quién lo dice. - Víctor lo siguió, y lo abrazó por la espalda. - Él que me dice a cada momento 'caramelo'. - susurró a su oído con su voz más oscura de lo usual, pero aquello rápidamente les hizo gracia a ambos.
Acenix miró el agua cristalina, pensando en si lanzarse al agua antes o después de comer, pero entonces, el mayor lo tomó por los hombros y lo volteó hacia él, quedando el menor sostenido por la cintura de un brazo de Víctor.
El mayor sonreía con diversión a la reacción asustadiza del menor, que a esas alturas ya sabía de las intenciones de Víctor.
- Ni te atrevas a soltarme. - comentó sin moverse mucho Acenix, ya que si lo hacía caería de espaldas al lago.
- No lo haré si aceptas que te gustan mis cursilerías. - Víctor empezó a mover ligeramente el cuerpo de Acenix, haciendo que el otro se aferre aún más. - Vamos Acenix, o terminarás empapando tu camiseta favorita.
- Si me tiras, te llevo conmigo. - Amenazó "serio" el menor al ver que el mayor sí podía soltarlo.
- Estoy preparado para la ocasión, ¿No?
'Rayos' pensó Acenix al saber que Víctor tenía razón, y sólo él era el único que estaba vestido casual. Se arrepintió de no haber dejado su camiseta en la cabaña cuando aceptó nadar unos minutos con el mayor, y eso que Víctor se lo repitió muchas veces.
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ᴄᴀʀᴀᴍᴇʟᴏ [ᴠɪᴄɴɪx]
Fiksi PenggemarInvictor¡ x Acenix! «Víctor era tan dulce como un caramelo» ↬Todo lo que se verá aquí es sólo ficción. ↬ Historia con MUCHA cursilería (Fluff) ↬ Historia en edición. ¡Disfrútalo♡!