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Con Christopher avisado de la vuelta de Anahí, todo estaba listo para su captura. Anahí volvió a casa de Paco junto con Daniela y uno de los policías que trabajan con Alfonso mientras él se quedaba en casa, junto a toda una patrulla de policías. Sabían que podía ser peligroso, Christopher no trabajaba solo y podría estar armado, pero a Alfonso le daba igual todo. Quería volver a su vida, a la normalidad de pasear con Anahí por la calle, de su mano, besándola, abrazándola... y ahora llevando a su hija Daniela con ellos. Alfonso estaba en el sillón de su casa, aparentando estar relajado, pero no sabía lo que Christopher era capaz de hacer. Lo esperaron horas hasta que, cerca de las diez de la noche, apareció. Aparentemente desarmado, teniendo duchado y peinado y con un enorme ramo de rosas rojas. Las favoritas de Anahí. Apretó los puños y respiro profundo, mientras todos los agentes se preparaban. En ese momento, Christopher golpeó la puerta tres veces, sonriente al ver la luz encendida y saber que Anahí estaría en casa. La puerta se abrió segundos después, aunque no vio a nadie tras ella. Al principio se asustó y estuvo a punto de sacar la pistola pero un cartón frente a él lo detuvo.

"Ve al salón, quiero que veas a alguien"

Así que era eso, le quería presentar a Daniela y lo estaba haciendo de una forma original. Sonrió más ampliamente y se dirigió al salón, donde la sonrisa se borró en pocos segundos.

- Hola, Christopher.
- A... Alfonso, creía que... que tú... - negó con la cabeza - me alegro tanto de verte, Alfonso - sonrió.
- ¿De verdad? - sonrió irónico - No sabía que me hubieses echado tanto de menos.
- Oh, claro que si... Annie y yo...
- ¿Qué pasa con Annie y tú?
- No, nada. Lo pasamos muy mal cuando nos enteramos que habías muerto...
- Ya ves que no fue así - sonrió, cruzándose de brazos. ¿Qué haces aquí Christopher?
- Yo... yo... - de pronto, con un movimiento rápido, sacó una pistola de la parte de atrás de su pantalón y le apuntó directamente a la cabeza - nu te muevas imbécil, al parecer voy a tener que hacer yo mismo el trabajo.

Christopher apretó el gatillo ante un Alfonso totalmente inmóvil. En ese momento una bala atravesó su pierna derecha, haciéndolo desviar la pistola y por tanto la bala que iba dirigida a Alfonso, que terminó por impactar en su brazo izquierdo, sin llegar a herirle de gravedad. Los policías escondidos salieron rápidamente de sus escondites, unos fueron con Alfonso y otros con Christopher, para detenerlo y quitarle la pistola definitivamente. Alfonso estaba aparentando su herida con cuidado cuando uno de los agentes le dijo que la ambulancia ya estaba en camino y no tardaría más de cinco minutos. Alfonso asintió y se dejó caer en el sofá, algo mareado por la sangre que estaba perdiendo.

- Hmm - Anahí se llevó una mano al pecho y otra a la boca.

Había sentido algo oprimiéndole el pecho, como cuando le dijeron que su marido había muerto. Unas lágrimas rebeldes comenzaron a rodar por sus mejillas, sin ningún control. Dulce se acercó a ella y la abrazó.

- Annie, ¿estás bien?
- He sentido lo mismo... - dijo sollozando.
- Lo mismo que qué...
- Tu hermano... cuando murió - dijo haciendo comillas con las manos - sentí una presión en el pecho justo como la estoy sintiendo ahora. ¿Y si le ha pasado algo?

El teléfono de Anahí sonó en ese momento, pero no se movió, así que Dulce fue a por el.

- ¿Si?.
- ¿Annie?
- Dulce ¿estás bien? Annie siente algo parecido a cuando nos dijeron que habías muerto.
- Me han disparado - Dulce emitió un sonido ahogado y Alfonso intentó calmarla - estoy bien, ha sido superficial. Pero tengo que ir al hospital ¿me pasas con Annie? Quiero hablar con ella.
- Si.

Separó el teléfono de su oreja y dio la vuelta, caminando hacia Anahí que había empezado a sollozar en silencio.

- Annie... Es mi hermano.
- ¿Está bien? - tenia los ojos rojos e hinchados, con lágrimas empapando su cara, pero Dulce no le dijo nada.
- Habla con él, yo iré a ver cómo está Dani.

Se separó cuando Anahí puso el teléfono cerca de su cara y, con voz temblorosa, contestó.

- Hola...
- Annie - suspiró él - ya está.
- ¿Ya está?
- Si, se llevaron a Christopher y va a está un largo tiempo entre rejas por intento de asesinato, doble.
- ¿Doble?
- No te asustes - empezó - cuando vio que lo había pillado me disparó.
- ¿Dónde estás? - gritó, comenzando a llorar de nuevo.
- No llores cariño, estoy bien. Fue superficial. Me están llevando al hospital.
- Si fue superficial porqué...
- Porque la bala se quedó dentro.
- Voy para allá.

Minutos después, con la dirección del hospital al que le iban a llevar, se subió en el coche con Dulce y Daniela. Dulce condujo hasta el parking y Anahí bajó tan rápido como pudo. Corrió hacia recepción y preguntó por su marido.

- Observaciones, la tercera puerta a la izquierda.
- Gracias - dijo sin aliento.

Sabía que detrás de ella estaba Dulce con su hija, y que la seguía de cerca. Entró en la sala y lo vio, con la mano aún en su brazo, lleno de sangre. Ahogo un grito y corrió tanto como pudo.

- ¡Poncho! - se tiro sobre él, pero se separó al oírle quejarse - lo siento - dijo con lágrimas en los ojos.
- No pasa nada - sonrió y dejó un beso en su frente - es menos de lo que parece - susurró al ver hacia dónde iba su mirada.
- Tienes tanta sangre... - acarició su mejilla.
- Pronto estaré bien - le sonrió - y podremos volver a casa - Anahí abrió los ojos, como si acabase de darse cuenta.
- ¿Christopher?
- También se llevó un disparo. Pero le llevaron directamente al médico que tienen en la cárcel.
- ¿Alfonso Herrera?

En pocos minutos lo llevaron a quirófano para sacarle la bala con cuidado, le cosieron y lo llevaron a una habitación para que descansase algo. Anahí entró de nuevo, se sentó en la cama y Alfonso la hizo tumbarse a su lado, con cuidado del brazo. Se acurrucó a su lado y aspiró por la nariz.

- Ya está - susurró cerca de su oído - ya está...
- Tuve tanto miedo... Sentí lo mismo antes de que me dijesen que habías muerto...
- No me volveré a alejar de ti, lo sabes.
- Siempre has estado aquí.
- Siempre he estado aquí.

Dejó un beso en su cabeza y la abrazó más cerca de él, Dulce entró unos minutos después con Daniela en brazos. Alfonso le sonrió, haciéndola pasar y dándose cuenta que Anahí se había dormido.

- Ella también está dormida - susurró Dulce - Antes de entrar le dio de comer y yo he estado intentando dormirla desde entonces. Se parece a ti en eso de dormir - rió un poco.
- Tráela aquí anda - hizo un hueco entre él y Anahí y Dulce la colocó con cuidado.
- Es buenísima - sonrió - ¿todo está bien? - Alfonso asintió, sonriente.
- En cuanto me den el alta volveremos a casa ¿Por qué no vas por nuestras cosas con Paco y las lleváis de vuelta a casa? Yo necesito descansar con lo del brazo, y Annie no tiene tanta fuerza - le guiñó un ojo.
- Esta bien - rió, yendo hacia la puerta - cuídate, cuídalos, por favor. No sabes lo mal que estuvo hasta que supe que estaba embarazada.

Alfonso asintió, firmemente, se despidió con la mano de ella y volvió a tumbarse junto al amor de su vida y a la niña de sus ojos. Acercándolas un poco más a él.

Siempre he estado aquí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora