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- Christopher planeó todo esto señor, lo tenía planeado hace meses y, cuando vio su oportunidad, lo llevó a cabo.
- No lo puedo creer... - suspiró.
- Lo sé, siento haber tardado tanto...
- No te preocupes Christian, gracias a Dios has podido descubrirlo... Sabía que no había sido un accidente.
- ¿Qué va a hacer ahora señor Herrera?
- Volver a casa, con mi mujer.

Anahí se despertó en mitad de la noche, esto de estar embarazada la encantaba, menos por el hecho de que tenía que estar todo el día yendo la baño porque su vejiga era enana. Apagó la luz al salir y fui, con los ojos medio cerrados, de vuelta a su cama, la cama que compartía con Alfonso, su cama... Suspiró y se sentó, acariciando su vientre.

- Tú padre te amaría muchísimo... Ojalá estuviese aquí.
- Estoy aquí Annie - susurró una voz desde la oscuridad, que hizo a Anahí abrir los ojos por completo.
- ¿Quién...?
- Mi amor, volví - la sombra se movió, para que le pudiese dar la luz de la luna a través de la ventana - mi amor...

Christopher salió de las sombras, sonriendo a Anahí y acercándose poco a poco a ella. Hasta que gritó y, está vez, abrió los ojos de verdad. Había sido un sueño, una pesadilla. Se sentó en la cama y encendió la mesilla de noche, mirando por toda la habitación.

- Dios... - susurró - me di un susto de muerte.

Alfonso caminaba furioso en su escondite durante los pasados seis meses. ¡Ya había esperado demasiado!¿Por qué no podía irse a casa de vuelta? Su mujer estaría muy triste... Ni siquiera le dejaron llamar a su hermana para contarle que no había muerto, como todo el mundo creía.

- Tranquilícese - le dijo de vuelta su secretario, era de los pocos que sabían la verdad.
- ¿Cómo quieres que me tranquilice? No me dejan volver a casa ¡mi mujer estaba asustada!.
- Su mujer está bien, su hermana la está cuidando.
- ¿Y qué pasa con Uckermman? Necesito protegerla. necesito verla, abrazarla... Por favor, Christian, tienes que ayudarme.
- La policía con la que trabajamos piensa que todavía no es el momento... Está en peligro. Si sale y el señor Von Uckermman lo descubre, podría volver a intentar matarlo.
- Por lo menos una noche, para explicar todo a Anahí.
- Lo intentaré.

La puerta de su casa se abrió y Dulce entró sonriente. Dio un beso a Anahí y acarició su vientre suavemente.

- ¿Cómo estás hoy?
- Bien - sonrió ella - pero...
- ¿Qué pasa?
- Ayer Christopher me besó... Me dijo que deberíamos casarnos si o si - suspiró - y me dijo que yo podría dormir con el bebé.
- Anahí... - ella negó con la cabeza.
- Me separé de él en cuanto sus labios rozaron los míos pero - volvió a suspirar, sentándose en la silla de nuevo - No sé si es lo mejor, para mi, para el bebé...
- Annie - suspiró - yo te puedo ayudar, no necesitas a Christopher para nada... Yo estoy ocupando el puesto de Alfonso en la oficina, como el dejó escrito y, me puedo venir a vivir contigo cuando quieras, lo sabes.
- Pero no puedes dejar tu vida por mi - empezó a sollozar - es lo mismo que le estaría haciendo a Christopher...
- No, a mi no me harías lo mismo. Es una casa grande Annie, estoy soltera pero, si algún día encuentro alguien, podremos vivir los dos aquí, contigo y con la niña, o compraremos una casa cerca. Sé que no quieres irte de aquí, porque te recuerda a mi hermano.

Anahí asintió, con los ojos llenos de lágrimas. Si se casaba con Christopher esto era algo que también iba a perder porque, ella no se quería ir de allí, ni quería que otro hombre usase las mismas cosas de Alfonso. ¡Si no siquiera había sacado su ropa del armario!.

Siempre he estado aquí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora