Aquí estoy, acostada. Escuchando música, leyendo un poco de magia y con olor a ponche en la cocina, envuelta en un cálido abrazo de invierno, aún con la paz que me trajo verte, cuánto me gusta verte, además con la extraña sensación de sentirme bonita, muy bonita, porque como blanca alma que eres, blanca luz me regalas.
Es todo lo que necesito hoy... Y me da la impresión de que es todo lo que necesito siempre.