Nervios

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¿Podían culparla? Querer volver a ver así a Mike se convirtió en una necesidad, cuatro días habían pasado desde que Mike y Once estuvieron a punto de acostarse y desde ahí no se habían dirigido la palabra, Once antes de ese encuentro no solía tener muchos pensamientos así hacía Mike, siempre que ella hablaba con Max decían que sería maravilloso ser novia de algún chico musculoso pero a ella le pareció mucho más atractivo Mike, el era muy flaco y pálido pero aún así el cuerpo de el chico logró calentar a Once.

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La niñera de Mike era básicamente una irresponsable, tenía veintiuno, estaba acabando la universidad y quería ganar dinero por lo que se puso como niñera, siempre salía a fiestas y cuando tenía que estar en casa cuidando a los chicos solo se la pasaba hablando por el teléfono y leyendo revistas, cuando tenían que comer solo les daba cinco dólares para que pudieran pedir una pizza.

Mike tranquilamente podía irse de la casa a visitar a Once sin que su niñera lo regañara pero el problema era Hopper, quería ir con ella y acabar el "asunto pendiente" que dejaron el otro día y Once no difería de ese pensamiento.

Mike esos días había pasado pensando en la chica, en los últimos meses había visto los cambios de su novia, y si verla completamente vestida y ver sus curvas ya podía enloquecer sus hormonas ahora tener el recuerdo de ella solo con sus bragas era increíble, recordaba sus piernas, su cintura, sus pechos al descubierto para el y claro su hermoso rostro llenó de deseo.

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Esa tarde había acordado el grupo para verse en la casa de Mike, jugaban juegos de mesa y veían algunas películas, Once y Mike no hablaban mucho pero la chica decidió decir algo finalmente.

- Mike - llamó ella

- ¿Si? - respondió el mirándola nervioso

- No as ido a mi casa, recuerdo que ibas todos los días - dijo ella con un poco de gracia

- Oh, umm, yo p-podria ir hoy, en la noche - dijo Mike temiendo un "no"

- Si, si eso suena bien, te espero a las ¿siete? - Once tenía una pizca de nerviosismo en su voz pero más que nada se notaba necesidad

- Si, claro, a las siete estaré ahí - dijo Mike

Ambos, aunque no lo hubieran dicho, ya tenían una idea de lo que iban a hacer esa noche y estaban ansiosos.

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Mike se miró al espejo por última vez, traía una camiseta celeste y unos shorts negros, estaba un poco nervioso, ambos sabían lo que posiblemente pase esa noche, Mike se dirigió a la puerta de su casa pero antes de que pudiera salir.

- Hey Michael ¿A dónde vas? - preguntó si niñera

- Voy a visitar a Jane - dijo Mike rápidamente con intención de poder irse

- A tu noviecita - rió su niñera

Lila, el nombre de la niñera, metió la mano en su bolso y comenzó a buscar algo, lo sacó y se lo dió a Mike.

- Ten - le dijo ella dándole el sobre plateado

Mike abrió los ojos como platos al ver eso

- Y c-como para que voy a querer yo un condón ahora

- Seguro lo necesitarás, tómalo - dijo ella y Mike lo guardó en su bolsillo

Finalmente se fué, iba en su bicicleta pensando en que haría al llegar, seguramente nisiquiera iban a hacer algo relacionado a sexo o quizás esa misma noche tendría su primera vez.

Llegó a la cabaña, se paró frente a la puerta y un poco temeroso tocó la puerta, le abrió Once, ella no estaba mucho menos nerviosa que Mike, había hablado con Max sobre el tema de "la primera vez" y su amiga le había dicho que dolía horrible pero después que se acostumbrara era una de las mejores cosas en este mundo.

- Hola Ce - dijo Mike mostrándole una sonrisa

- Hola Mike - Once le devolvió la sonrisa para finalmente entrar

Entraron al cuarto de la chica y Once tenía intenciones de cerrar la puerta pero su padre la interrumpió

- Jane, ocho centímetros - dijo Hopper para después volver la vista al televisor

Ella asintió y fué a sentarse en la cama junto con Mike, ambos olvidaron todos lo nervios que tenían y simplemente juntaron sus labios con dulzura.

El beso iba subiendo su intensidad, ambos habían incorporado sus lenguas al beso, Hopper regreso a mirar a la pequeña aberturas de la puerta y vió a la pareja besarse con cierto desespero, el hombre simplemente respiró profundamente y volvió su vista a la TV, comprendía que su hija se estaba volviendo mayor y no tenía que interrumpir la cuando estuviera con su novio, además, a la edad de catorce años que más podían llegar a hacer que besarse aparte de que Once seguía siendo muy inocente o eso es lo que creía Hopper.

𝑀𝐼𝐿𝐸𝑉𝐸𝑁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora