La muerte se presento en mi vida, no era mala.
No lo es.
La observé a detalle, como niños que se deleitan frente un juguete nuevo.
Me sonreía.
Le devolví el gesto sin presión.
Y me dijo secretos de la vida.
La muerte esperaba el momento más atroz de la vida, en la que ella sin piedad sacrificaba el ultimo aliento de las personas.
El sufrimiento de mayor intencidad.
Me dijo que sufría vernos así, se compadece y nos arrebata de la vida para ya no sufrir.
Me dijo que la vida jugaba sucio en cuestion del amor.
Roba corazones y los destruye mirada tras mirada.
Al final, solo me lo dijo.