Día 1 Parte 1

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Aunque al principio habían creído que no fueron afectados por el quirk de Sincerely, tan pronto como llegaron a la agencia se dieron cuenta de que estaban equivocados.
- Pueden retirarse, los veo mañana. - dijo Fat Gum.
- Muchas gracias, y gracias por permitirme estar aquí, también a ti Tamaki, me pone muy feliz saber que alguien como yo les puede ayudar y me inspira a mejorar, aunque yo cambiaría las decoraciones... - Al decir esto último Kirishima se cubrió la boca con las manos y se miraba muy avergonzado.
- No hay nada que agradecer y respecto a la decoración... ¿Sí se ve muy mal?
Kirishima no quería responder a eso, pero su cuerpo hablaba por él, en el momento en el que abrió la boca para contestar se vio interrumpido.
- Sí, los colores no son la mejor elección y movería los cuadros de lugar, incluso tiraría varios... - Tamaki se dio cuenta de lo que acababa de decir y buscó la pared más cercana.
- Supongo que el quirk de Sincerely es más fuerte de lo que pensábamos, quién diría. - Fat Gum analizaba los rostros de aquellos chicos y pensaba en la cantidad de problemas que este quirk les podría causar. - Lo mejor será que no asistan a sus clases hasta que el efecto pase, no sabemos qué cosas podrían ocurrir, ahora vayan a casa antes de que me entere de algo más.
Kirishima y Tamaki salieron muy apenados de la agencia y se dirigían de vuelta a sus dormitorios.
- Tamaki-senpai ¿vas a faltar a tus clases como sugirió Fat Gum? Me refiero a que... Bueno, yo no quiero atrasarme, tengo que entrenar para ser más fuerte, además creo que soy capaz de evitar decir algo comprometedor, ¿tú qué piensas?
- Estás siendo muy optimista.
- La verdad es que la mayor parte del tiempo no oculto nada, solo hay un secreto que quiero mantener y bastará con que evite a esa persona. ¿Qué hay de usted?, ¿Tiene algún secreto que quiera guardar a alguien?
- Sí. - Esa respuesta surgió rápidamente, pero Tamaki ni siquiera lo había pensado, es como si el quirk de Sincerely supiera cada cosa de ti incluso más de lo que tú sabes. - Esto... Yo... - Tamaki empezaba a temblar, no era que pensara ocultarlo a una persona, quería ocultarlo al mundo. Su secreto era uno capaz de destruir su relación más cercana, no quería que eso pasara.
- No tiene que decirlo, perdón por indagar...
- Faltaré a la escuela hasta que pase el efecto, espero que sean 3 días.
- Bueno, yo no quiero faltar así que iré, espero no tener problemas.
Y sin darse cuenta ya habían llegado a la UA, se despidieron y se dirigieron a sus respectivas habitaciones evitando a quienes se acercaran y colocando el seguro en la puerta, esto iba a ser complicado.

~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~

Tamaki despertó sin necesidad de la alarma, estaba tan acostumbrado a su rutina que despertó temprano aún sabiendo que no iría a clases.

Intentó volver a dormir, pero fue imposible, por lo que decidió que arreglaría su cama y se prepararía para bajar a desayunar cuando los demás se hayan ido.
No tomó mucho tiempo, en cuanto se fueron todos, Tamaki bajó, desayunó y se terminó de arreglar, en lugar del uniforme se puso un pantalón de mezclilla, una playera azul y una sudadera bastante larga, un gorro y una bufanda. Tamaki usa siempre algo que cubra gran parte de él, no iba a salir ni a dejar que nadie lo viera, simplemente era una costumbre que él tenía.
Esperaba que el día pasara rápido, pero mientras, se dedicaría a estudiar para no atrasarse. Dejó su teléfono en la cama y se dispuso a comenzar cuando se vio interrumpido por una notificación que llegaba, se acercó a su teléfono y se dio cuenta de que era un mensaje de Mirio.
¿Dónde estás?
Tamaki no quería contestar, temía que el quirk de Sincerely afectara también eso y terminara contando algo muy penoso.
Quiso ignorarlo, pero entonces una llamada entró.
Tamaki no sabía qué hacer, no le gustaba preocupar a Mirio, pero no podía contestar. Colgó. Sabía que había mucho que explicar, solo que ahora no era el momento. Empezaron a llegar mensajes de Nejire y decidió que lo mejor era apagar su teléfono y concentrarse en estudiar.
Pero no dejaba de pensar en lo que había pasado, estaba muy asustado, no quería que su mayor secreto se supiera, no había exagerado cuando dijo que era capaz de destruir su relación más cercana, el vínculo más fuerte y hermoso que había formado... Con Mirio, todo estaría bien de no ser porque estúpidamente dejó que sus sentimientos cambiaran.
"No hay problema, siempre y cuando Mirio no lo sepa, alguien tan brillante como él no puede enamorarse de alguien como yo, es la verdad que debo aceptar", Tamaki se repetía eso todos los días, siempre resultaba igual de doloroso, pero sabía que no hay nada que se pueda hacer.
Apesar de todos esos pensamientos, abrió su cuaderno, él iba a estudiar y no iba a permitir que sus pensamientos interrumpieran.

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Guardar secretos no es algo muy masculino, Kirishima se juzgaba, la mayor parte del tiempo era una persona muy honesta, eso era algo que lo caracterizaba, pero después de oír lo que su Senpai le dijo sobre un secreto capaz de destruir su relación más cercana, el miedo lo invadió. No era que él tuviera un secreto igual, no. Es decir, la relación que había formado con Bakugo no podía destruirse por algo tan tonto ¿Verdad?
"Entonces ¿por qué sigues ocultándole tus sentimientos?" Pensaba... "No es eso, solo que no tengo nada que decirle, suficiente es tarde"
Kirishima se encontraba listo para ir a clases, solo tenía que lograr pasar por la habitación de Bakugo sin decir nada comprometedor... Él podía.
Al parecer Bakugo había salido más temprano de su habitación, por lo que no hubo problema.
Tan pronto como Kirishima cruzó la puerta de su habitación, comenzó a mentalizarse... Evitarlo no podía ser tan difícil, ¿cierto? Solo entrenaban juntos, estudiaban juntos y solían incluso tener pláticas muy gratas.
Sin darse cuenta, ya estaba frente al salón y, tan pronto como entró, lo vio, no pudo evitar dar vueltas en su mente, solo tenía que callarse, no le hables, solo serán unos días y después puedes volver a la normalidad...
- ¿Qué tanto ves, pelos de mierda?
- ¿Yo? A ti. - Nooooo, eso era lo último que tenía que decir.
- ¿Eh? Pues deja de hacerlo.
- No puedo. - Si Kirishima seguía hablando, iba a resultar mal.
- ¿Por qué no, imbécil?
Esto era malo, si decía la verdad, su amistad terminaría, todo sería incómodo, pero la respuesta ya estaba en su boca, no había vuelta atrás.
- Porque tú...
- Guarden silencio y tomen asiento, las clases van a comenzar.
Nunca en su vida había estado más agradecido ni más feliz de que el profesor Aizawa llegara a interrumpir una conversación, se prometió darle menos problemas a partir de ese momento por haberlo salvado.

- Kirishima...
- ¡Kirishima!
Todos sus compañeros gritaron su nombre mientras trataba de entender qué estaba pasando.
- ¡Eh! ¿Yo? ¿Qué?
- Te pedí que continuaras con la lectura.
- Oh, lo siento, profesor.
- Si te sientes mal, ve a la enfermería, no interrumpas la clase.
Tomó sus cosas, tal vez lo mejor sería ir, ahí no tendría problemas. Salió del salón y pudo notar la mirada de Bakugo, le pareció tonto pensarlo pero además de la molestia que reflejaba en sus ojos, por un momento pensó que se divisaba algo de preocupación.


Un Amor De VerdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora