Capítulo Ocho

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—Taehyung-ssi, llamada en la línea tres.

—Gracias.

Taehyung tomó el teléfono, transfiriendo la llamada.

—Gracias por esperar. Soy Taehyung.

—Soy yo, Kim.

Al oír la voz de KwangGyu, Taehyung ajustó su conducta para la nueva situación.

—Ho-hola, señor, estaba por llamarle.

—Tu padre me dijo que regresaste al trabajo y pensé que quizá habías tomado una decisión acerca del proyecto. ¿Lo tienes?

Su voz estaba llena de esperanza. El corazón de Taehyung se hundió.

—Bueno...

—Me gustaría reunirme contigo lo más pronto posible, si estás muy ocupado, pienso que podríamos ir a comer al restaurante de nuestro nuevo chef, para probar la comida, pero... ¿Kim...?

KwangGyu había notado el silencio de Taehyung, él era un hombre muy perceptivo.

—¿Sucede algo malo?

—Bueno...

—No, espera, estás en tu oficina ahora, ¿verdad?

—Sí, señor.

—¿Tienes planes hoy o vas a trabajar todo el día?

—Tenía planeado sólo trabajar —Taehyung contestó tímidamente, tomando un fax que le estaba llegando.

—Me gustaría que habláramos de esto cara a cara, si tienes tiempo.

—¿Pero seguro que no está ocupado KwangGyu-ssi?

—Nada es más importante que este proyecto.

Ellos concretaron encontrarse en un restaurante coreano en el mismo edificio de A&6, Taehyung se sentía terrible.

¿Qué es lo que voy a hacer?

Taehyung se lo había estado preguntando todo el tiempo, no sabía cómo explicar todo lo ocurrido.

Cuando recordaba lo sucedido el miércoles por la noche, se congelaba.

Todavía no recordaba cómo era que las cosas habían llegado a ese punto. Pero la evidencia que permanecía en su carne y en su mente le hacían querer morir.

Un escalofrío subía desde el centro de su cuerpo, la vergüenza regresaba en ese mismo momento haciendo que Taehyung temblara.

¿Cuántas veces había pensado que era un sueño? No recordaba cómo había llegado a su casa, peo cuando despertó la mañana siguiente, el molesto dolor que sentía y las trazas de la actividad en su cuerpo le decían que lo que había sucedido entre él y Jeongguk era real.

Se decía a sí mismo que había sido horrible, pero su corazón no se permitía huir. No, la realidad era diferente. Jeongguk había visto en el corazón de Taehyung su deseo por él, desde el comienzo.

Taehyung había pasado todo el jueves lamentándose, y el viernes había decidido no ir al restaurante, en lugar de eso se quedaría todo el día en la oficina con el teléfono celular apagado. Sabía que con eso no podría lograr nada, pero no podía cambiar lo que había sucedido.

Cuando dieron las siete, Taehyung se sentía abochornado a pesar de sí mismo, no sabía cómo actuar cuando llegara al restaurante.

KwangGyu llegó cinco minutos después.

—Buenas noches.

—¿Ya comiste? Déjame ver el menú. Con algo de Jinro Chamisul Soju.

KwangGyu le dio su orden al mesero, y colocó un cigarro entre sus labios, se veía calmado y tranquilo. Cuando bajó la mirada, Taehyung notó algo en su cara... algo familiar.

COMER O SER COMIDO || KOOKTAE || ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora