Santa y su elfo alienígena (un especial de Navidad)

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Arthit está haciendo algunas pocas compras navideñas cuando nota algo por el rabillo del ojo.

Está en la planta baja del centro comercial es donde se encuentra la mayoría las tiendas, y está por terminar con su lista por lo que piensa en ir a casa, cuando escucha desde la distancia una voz extrañamente familiar.

—Jo, jo, jo —se escucha desde el centro del lugar en donde llevan a cabo la mayoría de los eventos promocionales y Arthit ve claramente una multitud rodeando las decoraciones de este año.

Sin embargo, lo que aumenta su interés es la voz. Arthit la conoce, así que camina hacia la multitud, barajeando las bolsas en cada mano.

Allí, en el centro, justo al lado de un enorme árbol de Navidad, sin duda alguna se encuentra M con un disfraz de Santa Claus.

Es curioso por qué M, otro alienígena, haría aquello, pero esa es la menor de sus preocupaciones porque que el elfo que está al lado de M es su novio, Kongpob.

—¿Qué?

Hay niños haciendo fila para sentarse en el regazo de Santa, quizá para pedirle un deseo o algo así, y el elfo está allí ayudando.

Arthit está a punto de moverse cuando Kongpob lo mira a los ojos. La sorpresa en el rostro de su novio es evidente, pero Kongpob la disfraza con una sonrisa.

Su novio está vestido con un traje verde con todo y gorro puntiagudo. Las medias abrazan la piel de Kongpob, pero a Arthit le alivia que al menos está usando unos pantalones cortos.

—¿Qué haces aquí? —Gesticula Arthit, en espera de que su novio alienígena pueda leer sus labios, lo cual pronto descubre que no es así.

En cambio, Kongpob gesticula:

—Yo también te amo.

Arthit pone los ojos en blanco.

Hay una valla alrededor de toda el área y la única entrada es en la que está la fila de niños. Arthit considera la idea de hacer fila para hablar con su novio, pero no está seguro de cómo se sentirán los padres al respecto, así que busca otra opción.

Arthit va detrás del imponente fondo de cartón, encuentra a un empleado ajeno a la situación y le amenaza visiblemente.

—¿Qué hace aquí ese elfo? —Pregunta Arthit.

Pero el empleado no se ve nada perturbado.

—Está trabajando.

—¡Eso es lo que veo!

Como no le saca nada al empleado, Arthit decide escabullirse desde la parte trasera.

Deja en el piso su botín de aquella tarde y se sacude el inexistente polvo de su camisa antes de ir directo la puerta recortada.

Nadie se inmuta cuando entra en escena. Para los padres, Arthit podría ser un empleado tratando de transmitir información a Santa y al elfo.

Arthit finalmente está de pie junto a Kongpob, mirando a la pequeña quien juega con su vestido.

—¿Desde cuándo eres un elfo, Kongpob? —Susurra lo suficientemente en alto como para que su novio pueda escucharlo.

—¿De qué hablas, Oon? —Kongpob frunce el ceño en su dirección. —Soy un alienígena.

—Eso ya lo sé —pone los ojos en blanco. —Lo que quise decir fue, ¿desde cuándo empezaste a trabajar aquí? ¿Qué hay del café?

Kongpob entonces se gira hacia uno de los niños y responde sus preguntas antes de prestarle atención a él.

¬SOTUS: Segunda Colección de OneShots [Kongpob×Arthit]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora