Familia

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N/A: Solo les quiero decir antes de empezar, que si tienen una playlist sad, la pongan de fondo para ponerse a tono. Señores, que los quiero lagrimeando. 

Enjoy it!

Es el Polo Sur, una de las partes más frías del mundo por definición, pero para mí es uno de los más cálidos donde jamás estaré.

Han pasado seis años largos y cortos al mismo tiempo, desde que Korra derrotó a Kuvira y estuvimos juntas al fin. Al mismo tiempo, y uno de los motivos por lo que los años se han hecho largos es porque también han sido seis años sin mi padre. La única familia que me quedaba y la única que conocí durante mucho tiempo. Él y yo contra el mundo.

Sé que cuento ahora no sólo con el aprecio y amistad de muchas personas, sino con verdadero y puro amor, de muchos distintos tipos de amor. Desde el que siento por mi amada y necia Avatar, el que me da de vuelta, el amor fraterno que Mako y Bolin siempre me han prodigado, incluso el de una familia grande como nunca experimenté al vivir toda la familia San en la mansión. Nunca he encontrado una razón por la que tendrían que haberse ido de casa.

Estamos en casa de los padres de Korra, o debería decir en el Palacio del Sur. ¿Eso vuelve a Korra de la realeza, siempre lo ha sido, dado que su padre era el verdadero heredero al trono? Nunca se lo he preguntado. Estoy divagando. Me encuentro trabajando en el pequeño apartamento que nos han cedido; un estudio, la alcoba, un baño y un cuarto de estar con cocina, este palacio tiene muchos así para las visitas de Estado y las distintas personas y familias que viven y trabajan aquí. A Korra le da mucha nostalgia a veces estar tanto tiempo lejos de sus padres, así que he pensado en abrir aquí una nueva sucursal, junto con Varrick, pues él es que tiene casi el monopolio de los Polos. Es más que nada para tener motivos y una presencia, comercialmente me convence más seguirme expandiendo en el Reino Tierra. Pero eso no es algo que Korra deba saber.

Así que ahora estamos en una larga visita de un mes en lo que trabajo para establecer la oficina, la planta, y un tratado comercial. Durante el día laboral a quien más veo es a Tonrak, pues me está ayudando personalmente con todo lo burocratico. Es tan reconfortante estar con él. Ahora puedo ver de donde Korra ha sacado la mayoría de sus gestos, su risa, su fuerza, y su carisma y talento para ganarse a la gente y sus colaboradores. Su padre cambia de un momento a otro de ser el poderoso Jefe del Sur a ser simplemente un hombre hablando con amigos, igual que Korra intercambia una gran dicción como Avatar y pasar a hacer bromas con Bolin al pobre de Mako.

Cuando dejamos de hablar de asuntos aburridos y el papeleo, Tonrak me acompaña con un té y nos ponemos la día, y me cuenta anécdotas de Korra. Así me he enterado del desastre que armó cuando conoció a Naga. Son tan inseparables y coordinan tanto, que nunca se me había ocurrido que hubo un momento en el que ni siquiera se conocían. Además era tan natural... Quizás tenía unas ideas muy raras de las Tribu Agua, Korra encajaba tanto con eso: fuerte, salvaje, con su capa de piel curtida, sus coletas y encima montada en un gran perro oso polar. Creo que mucha gente se sorprende mucho cuando llegan y encuentran de hecho una gran ciudad pasando el puerto. Sí, es toda de hielo (es increíble como material de construcción pero solo viable aquí) pero no son iglus y un montón de gente cazando y curtiendo. Sólo ahora me doy cuenta de que los perros oso polar no son una mascota usual ni siquiera en esta parte del mundo, se les teme y respeta por su tamaño e inteligencia para cazar en manada.

De vuelta en casa, Tonrak (me ha costado horrores referirme a él tan familiarmente, lo llamaba Jefe Tonrak) va a ocuparse de asuntos personales y yo puedo estar con Korra o con Senna, cocinando y hablando, solo nosotras tres o dos, porque a veces Korra va con su padre a intensas sesiones de ejercicio o a cazar o simplemente a pasear. Es tan tranquilo. Senna y Tonrak también tienen sus propias habitaciones en el Palacio, y es ahí donde solemos estar. Me alegra que nuestro apartamento y el de ellos estén lo suficientemente lejos para que no nos puedan escuchar por las noches... Korra es tan apasionada que no puedo contenerme. Mi hermosa Avatar me hace delirar con su pasión y ternura. Apenas han pasado dos semanas de nuestra visita y la rutina me encanta. Cenamos todos juntos y la verdad es que ya estoy aprendiendo bastante bien no solo a cocinar los platillos favoritos de Korra, sino también a apreciar mejor las sutilezas de la cocina local.

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