Apolo
Al dejar a Narciso pude ver cómo su padre lo metía de un jalón a la casa y me miraba de forma aterradora, me puse a pensar que tal vez era a lo qué se refería en la cafetería, me sentía mal por no saber que hacer, al llegar a casa con aire pesado mi madre me esperaba sentada en la sala —Apolo, por favor ven— al entrar me encontré con mi madre y una señorita de fina figura, y muy bello rostro y facciones, (no tan hermosas como las de Narciso), sentada a su lado tomando té de forma "delicada" por no decir fingida —¿Quien es y que es esto?— pregunté sin voltear a ver a la joven —Apolo siéntate por favor, ella es Jade, es hija de uno de los socios de tu padre, le pedí que viniera para que pudieran hablar y conocer uno al otro— la joven se levantó para acercarse a mi y pude ver sus facciones con más atención, sus ojos era cafés obscuro, más no tan Obscuros como los de Narciso, su piel era pálida, pero no tan blanca como la de Narciso, su cabello era largo y lacio de tono rubio, pero obviamente no era como el de el, de repente me di cuenta de lo que estaba haciendo, estaba comparando a la joven con el —Mucho gusto, tenía tantas ganas de conocerte, tu madre me habló bastante de ti— Dijo mientras acercaba su mano y trataba de besarme la mejilla, yo de forma casi instantánea me aleje y solo tome su mano para estrecharla y darle la sonrisa más "natural" que podía darle —Que les parece si los dejo un rato solo, para que puedan hablar— volvió a decir mi madre para romper el silencio tan incómodo que se había formado, tomo su taza y salió no sin antes decirme en un susurro que fuera amable y no lo arruinará, me rodé los ojos y al voltear nuevamente a la joven ví como está arreglaba frenéticamente su falda y cabello, además de revisar su maquillaje —¿Y a qué te dedicas?— pregunté fingiendo interés un que obviamente no tenía y me sente a su lado —Soy una estudiante de derecho igual que tú, de hecho la semana siguiente me van a transferir a tu escuela para que nos conozcamos un poco más— dijo acercándose aún más a mi ocasionado una incomodidad en mi y provocando una mueca de disgusto —Mira seré clara, aspiro a ser abogada y si nuestras familias se unen y forman un buffet de abogados más grande, nos beneficiaria a ambos, así que te parece si piensas en mi como tú futura esposa, porque no me dirás qué no sabías que el propósito de esta reunión no es ese— yo me aleje —Mira no estoy seguro si quiero casarme, además tampoco quiero ser abogado así que por qué no mejor, lo piensas mejor, tengo que irme— me levanté y salí de la habitación sin decir más.
Narciso
—Y piénsalo, ya no molestaré a nadie más si te tengo a ti, solo eso te pido ¿Que dices?— trague pesado y sude frío mientras Edgar me apretaba más a él —y-yo no se que decir, p-pero... yo— —vamos princesa será lo mejor— con la cabeza hecha un lío me levanté de su lado y me dirigí a la puerta —Oye tranquilo, no tan rápido, te daré una semana para que lo pienses y solo por esta no te molestaré, pero...— dijo señalando abajo, yo lo mire con miedo y baje la cabeza —Pero por hoy solo dejare un pequeño regaló para que cuando me confirmes, sepan que tienes dueño— seguido de esto me quito la playera de cuello y me hizo un chupetón de cada lado y en medio de las clavículas, para salir de la habitación seguido de mi, salí casi corriendo de la casa y me dirigí a mi apartamento.
Narrador
Ambos entraron a sus respectivas habitaciones, debido a los acontecimientos quedaron automáticamente dormidos.
Era un sueño un sueño que ambos estaban teniendo al mismo tiempo. Apolo estaba en una habitación obscura, incado y con los brazos encadenados, también estaba brutalmente golpeado del cuerpo, sucio y con el rostro también herido, de pronto una luz iluminó la habitación, era una puerta abriéndose, de esta entro Narciso, iba vestido con una túnica roja con detalles en dorado, y un hermoso tocado en su largo cabello plata, traía consigo una vela, un tazón con agua y un paño, se acercó lentamente a Apolo, tras de él venían dos hombres quienes traian consigo un plato de comida, un frasco que no sabía que contenía y una jarra con lo que supuso era agua, les pidió dejar las cosas a un lado de Apolo y abrir las ventanas para que dejarán entrar la luz y poder apagar la vela, —Dejenme solo con el prisionero— dijo a lo cual los hombres asintieron no sin antes decir un —Si majestad—, cuando ambos hombres salieron, el de ojos negros tomo las cadenas y las retiró permitiendole moverse con libertar, tomo el tazón con agua y mojó un poco el paño, empezo a pasarlo por su rostro y cuerpo, lo tocaba con delicadeza, amabilidad y hasta con pudor, aún así consiguiendo algunos gruñidos por parte del moreno al pasar por las heridas, aún abiertas, después destapó el frasco —Date vuelta por favor, este ungüento ayudará a sanar tus heridas— así lo hizo el moreno —tal vez arda un poco— dijo al pasar sus finos dedos impregnados con la sustancia por su espalda, el mayor gruño debido al ardor, después de unos pocos minutos por fin terminó, le acercó el plato de comida y la jarra de agua, —Por favor, come y bebé, debés estar muriendo de hambre y sed— el joven lo hizo de forma necesitada y tosca ya que el hambre era mucha —lamento que mi padre te haya lastimado de tal forma ¿Cómo te llamas?— el moreno paro de comer y se dirigió al joven a su lado —Mi nombre es Apolo, general del ejército imperial del norte y un simple campesino que nació en este imperio, no vine aqui a saquear, ni tengo la intención de iniciar un conflicto bélico, sin embargo me acusaron de espia y me castigaron con latigazos— el moreno iba a continuar pero uno de los hombres entro a la habitación haciendo una reverencia antes de dirigirse al joven de cabellos plata —Majestad... ¿Por qué lo soltó? Este hombre puede hacerle daño— el joven se levantó y puso firmeza en sus palabras —Este hombre es inocente— —Mi majestad, eso usted no lo sabe, el puede ser un traidor— antes de que continuará el otro hombre entro haciendo el mismo gesto de respeto antes de dirigirse a el —Majestad su padre le busca— dijo sin levantarse del suelo —En un momento voy— el hombre salió, dejando al primer hombre con Narciso, Apolo levantó su rostro y pregunto curioso —¿Cómo te llamas?— el hombre levantó su mano a punto de golpearlo —Tu no mereces saber su nombre, muestra más respeto, ¿Que manera es esa se hablarle a tu príncipe?— Narciso se interpuso antes de que la mano del hombre golpeara su rostro, Apolo se sorprendió y apenó ya que había comido con tan pocos modales frente a la realeza, Narciso volvió a hablar con firmeza —¿Y que manera de hablarle a una persona es esa? Puedes retirarte, ire en un segundo, y es una orden— el hombre gruño y salió dejándolos solos —Disculpa los modales de mis hombres, mi nombre es Narciso, no voy a encadenarte y si algunos de ellos te golpea me lo dirás, tengo que irme, vendré a visitarte seguido—.Ambos despertaron con la frente sudada y lágrimas en los ojos, ninguno de los dos entendía que estaba pasando.
Disculpen la tardanza, aquí está el cap.
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clair de lune
RomanceUno huye de su pasado, el otro de su futuro. uno criado de la forma más cruel, estricta y violenta, el otro de la forma más dulce, permisiva y parcial. Mundos diferentes, familias diferente, vidas diferentes. Unidos por su destino, amor y dolor. ¿Qu...