clair de lune

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Narciso

Después de pasar los últimos años en un colegió privado en Francia que para mí fue más como una cárcel, por fin regrese a "casa", otro maldito infierno, terminé llegando a mi departamento, un resinto privado que gracias a mis esfuerzos, y a mi hermano pude comprar.

Mi padre me había obligado a regresar para estudiar en la escuela que quería para te tenerme vigilado, por qué todos ahí lo conocían, llegué a la escuela en mi moto, y me fui a la oficina del director, al parecer cambiaron de director hace un mes ya que por lo que comentaba apenas conoció a mi padre hace una semana.

-Bueno Narciso, aquí está tu tira de materias, tu padre te inscribió en la mayoría de clases avanzadas que se toman con los grados más grandes, pero le sugerí que dejara algunas en blanco para que pudieras elegir tus clases- El director parecía ser una buena persona, además de ser comprensivo -Con respecto al código de vestimenta no hay nada en especial, puedes vestir lo que quieras, solo que cuando sea algún evento importante o te toque deportes te pediré que te recojas el cabello, y te quites la perforación, creo que eso sería todo, te presentaré en tu primera clase ¿Quieres agregar algo?-

Negué con la cabeza, terminé de llenar la tira de materias con todas las clases de arte, desde danza, hasta pintura y nos fuimos rumbo al salón, al entrar simplemente trate de ignorar a todos.

Apolo

Empecé la mañana con la misma rutina, un café bien cargado y una rebanada de pan con crema de maní, me despedí de mi nana ya que mis padres se habían ido a trabajar temprano.

Llegué a la escuela y saludé a todos, era realmente lo mismo de siempre.

-Me aburre está asquerosa rutina- dije con tono de molestia a uno de mis amigos -Tal vez hoy cambien las cosas- lo mire confundido y le pregunte que a que se refería con eso -Escuche que hoy llega un nuevo alumno, no especificaron si era chico o chica pero si es una chica me apuntó desde ya- rei ante el comenta de mi amigo -Estamos a mitad de curso, no creo que eso sea cierto y si es así dudo que alguna chica te haga caso, pero admiro tu entusiasmo- -Por cierto ¿Ya te inscribiste a la clase de música? Creí que tu madre quería que aprendieras a tocar algo más que no fueran las chicas-

Estaba a punto de contestar cuando entro el director al salón.

-Buenos días jóvenes, el día de hoy se integra un nuevo estudiante, se que estamos a mitad de curso pero espero puedan integrarlo, por favor pasa-

Me perdí cuando aquel joven ingreso al salón, tenía el cabello largo hasta la cintura de un color plata, parecía que miles de hilos del mismo color bajaban por su rostro, parecía un ángel, a pesar de vestir todo de negro, al parecer era delgado, pero no estaba seguro ya que su ropa era holgada, su piel era casi blanca, la cual tenia en contraste unos ojos negros y profundos, me sentía en un sueño monocromático en tonos blancos negros y grises, lo único colorido eran sus labios que tenían un color rojo pálido, repentinamente me invadió una sensación de nostalgia y tristeza, pero trate de ignorarla y apartar la vista.

Narradora

Cuando por fin entro Narciso al salón, mantuvo la cabeza baja todo el tiempo, el reconoció al profesor, era un amigo de su padre, igual de patán y abusivo que el.

Le pidió que dijera su nombre, lo dijo de manera baja y el maestro se molestó -Dilo más fuerte!!!- golpeó el escritorio y el tembló por el miedo -Narciso- -Asi me gusta, que hablen como hombres, vete a sentar-

Lo hizo de la manera en que lo habían ordenado y empezó a sacar sus libros.

Narciso

Mire a mi alrededor, y Vi a un joven realmente bello, estaba sentado a mi lado, su cabello era castaño casi rojizo, tenía los ojos de un verde profundo, y sus facciones eran gruesas y marcadas sin ser toscas, su cuerpo era lo suficientemente musculoso, su piel morena era realmente preciosa, y sus labios coloreados de un color rosa eran la gloria, parecía como si todo tomara color, por alguna razón me sentí nostálgico pero preferí ignorarlo.

Termino la clase y antes de salir del aula tres jóvenes se acercaron a mi lugar, y algunos de los presentes se quedaron viendo de forma extraña.
-Asi que eres nuevo- se me quedó viendo por unos según y tomo mi rostro de manera brusca -Eres el hijo del Sr. Pendragon, dios santo pareces una chica- se rió de manera burlona -Si, soy yo y te pediré que no me toques- tomo aún más fuerte mi rostro y yo empecé a temblar por el miedo -Mira nena, yo conozco a tu padre, y se que puedo hacer lo que quiero contigo, así que no me provoques o terminarás mal- me soltó con la misma brusquedad con la que me había tomado y se fue, yo no podía con el miedo, y no dejaba de temblar.

Terminé mi día escondido en lo profundo de la biblioteca, al parecer casi nadie iba ahí, al finalizar el día me sentía más tranquilo, y al salir ví a mi hermano con los brazos abiertos.

-Hola bolita, ¿Qué tal el primer día?- mi hermano era la única persona que me amaba y me encantaba estar con el -Estubo regular, gracias- -Oye, se que no te gusta ir pero padre quiere verte, dijo que tenía que hablar contigo de algo importante- solo baje la cabeza y asentí -Tranquilo, yo estaré contigo, y no déjare que te lastimé- solo moví la cabeza en señal de afirmación.

Llegamos a casa y mi padre estaba en la entrada, me miró de mala manera y me pidió que pasara, entramos a su despacho y ahí estaba el joven de la mañana sentado a lado de otro señor con la misma cara de mi padre, mi padre empezó a hablar

-Te presento a Edgar y a su padre, ellos son socios mios- dijo presentando a ambos y obligandome a estrechar sus manos -Edgar me a comentado que te conoció hoy, la verdad ya habíamos hablado de ti, el es un joven de buena familia y un lazo no nos vendría mal y en vista de que tú eres así- dijo mirandome nuevamente con desprecio, haciendo referencia a mi sexualidad -Creo que en vista de las circunstancias podrías estar con el, ya sea como pareja o como... mascota- mi hermano que solo estuvo escuchando se levantó de su lugar y dijo casi gritando -No padre, no permitiré que vendas y desprecies a tu hijo de esa manera!!!- yo lo tome del brazo y con la mirada le pedí que se sentará -El queria ser plato fácil para los hombres como si fuera una mujerzuela, pues ahí está, además no merece ser llamado mi hijo- me mantuve callado y no dije absolutamente nada, ya que sabía que me iría peor si renegaba -Lo siento padre, pero no dejaré que lo entregues así, por lo menos que me demuestre que es alguien que cuidara a mi hermano, si no no- mi padre gruñó y me vio con odio -Esta bien, tu "hermano" tendrá que acceder, pero si lo arruina no se lo acabará- Todos salieron de la sala y el joven me dijo al oído antes de salir
"ahora eres mio nena"

Continuara...