Sinceridad

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Masato se sentó en el sofá de Iris mientras ella iba a la cocina.

-Quieres tomar un café o un té?-Le preguntó Iris.
-Un café está bien.

Ella preparó 2 cafés y se sentó al lado de Masato, cruzó las piernas sentándose en dirección a él.

Masato tomó un sorbo de café y se quedó en silencio, ninguno de los dos decía nada, después de unos minutos de silencio Iris le dijo: -Dame tu mano derecha.

Masato la vio extrañado pero le dio su mano.

-Jugaremos a lucha de pulgares. -Prosiguió Iris.

Masato sonrió y dijo: -¿Lucha de pulgares?

-Si, si pierdes te preguntaré algo, si yo pierdo tu me preguntarás a mi.

Masato se acomodó y comenzaron a preguntar tonterías mientras reían,  hasta que Iris preguntó: -¿Me quieres?

Masato se sorprendió al escucharlo y no supo responder.

-Esta bien, no  te preocupes. Entiendo, discúlpame por pensar algo que no es. -Decia en tono de tristeza.

-No, no es eso.-Dijo Masato acercándose a Iris y colocando ambas manos en sus mejillas.-Perdon por no saber expresarme, es que...

-Dejalo así,  no quiero obligarte a decir nada.
-No es ninguna obligación,  Iris tu en serio me gustas.
-¿Lo dices en serio?
-¿Por qué habría de mentir?
-Casi que te estoy obligando a decirlo.
-No, claro que no. Eres grandiosa, tu me encantas, no se como explicar lo que me haces sentir cada vez que estoy contigo. Pensé que si te decía algo te haría sentir obligada conmigo, sólo quería darte tu espacio.
-Creo que tienes no tienes idea de que significa dar "espacio".-Dijo Iris sonriendo.
-Soy un idiota.
-Por lo menos lo aceptas.
-¿No deberías de decirme que no es cierto?
-Te lo mereces.
-Lo sé.
-Me gustas mucho, no te imaginas cuánto, yo...

Se vio interrumpido por Iris dándole un beso apasionado,  el cual duro varios minutos.

Ella lo empujó suavemente para hacerlo recostarse al respaldo del sofá, Iris se sentó sobre las piernas de Masato, siguieron besándose mientras todo se ponía más caliente. Masato suavemente acariciaba las piernas de Iris hasta llegar a su trasero y apretarlo, ella lo mordio en la oreja y después lo ayudó a quitarse la chaqueta y la camisa.

-¿Eres hermosa sabes?-Le dijo Masato.

Iris sonrió y siguió besandolo, el la recostó en el sofá y retiró las medias junto con la ropa interior, comenzó a besarle el cuello mientras ella gemía de placer y rápidamente quitaba su cinturón. Estaban tan excitados que Masato después de bajar su pantalón la penetró haciéndola gemir de placer, Iris lo tomó del cabello y lo acercó nuevamente para seguir besándose.

Masato cada vez se movía más y más rápido,  sus respiraciones se aceleraban y sudaban por el calor del momento, a él lo excitaba más ver la expresión de placer de Iris y escucharla gemir. Se sentía tan bien que Iris apretaba la espalda de Masato y lo agrupaba con las uñas, y gritaba su nombre.

Momentos antes de venirse Masato se alejó para no terminar dentro, y cayó a un costado de ella cansado. Ninguno de los 2 podía borrar una sonrisa de su rostro.

Masato abrazó a Iris y besó su frente, seguido de eso le dijo: -Te amo.

Ella no respondió,  sólo alzó su rostro, tomó la mejilla de Masato y volvió a besarlo, después recostó su rostro en el pecho de él guardando silencio.

Sin notarlo ambos se quedaron dormidos en el sofá.

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A la mañana siguiente cuando Iris despertó Masato seguía a su lado, no sabía si estaba soñando hasta que Masato despertó momentos después y le sonrió con esa sonrisa que a ella le encantaba.

-Buenos días. -Le dijo Masato.
-Buenos días. -Respondio Iris.
-¿Que tal dormirse?
-La noche pasó tan rápido.
-Y que lo digas.

Iris se levantó preocupada y dijo: -¡Tu ensayo, tienes que...!

-Espera, ven. -Dijo Masato halandola hacia él para que se recostara a su lado de nuevo. -Por favor, quiero quedarme más tiempo así contigo.

-¿No estás muy ocupado?
-Tu eres más importante, quiero quedarme contigo.
-Tambien me encantaría que te quedaras.
-Llamare para decirles que no llegaré hoy.
-No, tienes que ir.
-¿Me estás echando?
-Tienes responsabilidades,  no quiero ser la culpable de tus ausencias.
-Esta bien,  pero avisaré que llegaré tarde, así podré desayunar contigo, sólo abrázame por otro rato. -Le decía Masato abrazandola por la espalda.
-Si su majestad lo dice.
-Por favor no hagas eso.
-¿Que cosa?
-Decia esas cosas, como si fueras inferior a mí.
-Solo bromeaba.
-Se que no,  puedo sentirlo.
-Masato...
-Escuchame, jamás te sientas menos que nadie, ni siquiera menos que yo. Jamás te veré así por que tu eres muy importante para mí.
-Lo siento.
-No tienes disculparte.
-¿Aunque no te haya respondido lo que dijiste anoche?
-Esperare el tiempo que sea necesario para escucharlo.

Después de decir esto Masato besó a Iris en su cuello causandole cosquillas y haciéndola reír.

-Se siente tan cálido.
-¿Que cosa?
-Esta entre tus brazos.
-Si me lo pides jamás te soltare.



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