Capitulo 13: Corazón Dividido parte 1

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Con una determinación férrea, Grandeeney avanzaba por el campo de batalla. La energía mágica de Metalicana resonaba en el aire, una oscuridad palpable que la dejó perpleja. "¿Qué demonios está sucediendo allí?" se preguntó, su voz resonando en el vacío. Pero antes de que pudiera profundizar en sus pensamientos, una ráfaga de viento la lanzó contra un muro.

"Quizás deberías dejar de preocuparte por los demás y concentrarte más en ti misma", una voz familiar resonó. Grandeeney levantó la vista, su mirada se encontró con Ava, su atacante, que se encontraba a unos metros de distancia. "Ava", murmuró, su voz teñida de dolor por el golpe.

Ava sonrió con arrogancia, "He venido por la revancha, dragón, y esta vez seré yo la que salga victoriosa". Grandeeney la miró con desdén, "No tengo tiempo para perder, y mucho menos contigo, Ava. Vete antes de que cambie de opinión y te mande al otro lado del mundo con un solo golpe". Ava frunció el ceño, claramente molesta por la actitud de Grandeeney.

"Última advertencia...", advirtió Grandeeney, la Dragona del Cielo, "vete o sufre las consecuencias". Pero Ava se mantuvo firme, "Eso no va a pasar", dijo, y lanzó un ataque. Sin embargo, Grandeeney esquivó con gracia, girando para enfrentar a Ava. "¡Tenryū no Hōkō!" rugió, liberando una explosión similar a un tornado. Pero para su sorpresa, Ava lo esquivó con facilidad.

"¡Te dije que esta vez yo saldría victoriosa!" gritó Ava, y con un movimiento rápido, conectó una patada en el estómago de Grandeeney con una fuerza impresionante. La batalla acababa de comenzar.

"Se ha vuelto más fuerte", pensó Grandeeney, justo antes de que un puñetazo la enviara volando por el pasillo. Ava se acercó, una sonrisa retorcida y confiada en su rostro. "Voy a disfrutar acabando contigo de una forma lenta y dolorosa", prometió.

"Eso está por verse", respondió Grandeeney, mientras un remolino de viento se formaba a su alrededor. Ava avanzó lentamente hacia ella. "¡Entonces ven por mí!", desafió Ava, lanzando un tornado oscuro en su dirección.

Grandeeney saltó a tiempo, esquivando el tornado de viento que Ava había creado. "¡Tenryū no Tenkūgeki!", exclamó, atacando a Ava con fuertes ráfagas de viento. Pero Ava esquivó el ataque con facilidad, dejando a Grandeeney sorprendida. Era uno de sus hechizos más potentes, y Ava lo había esquivado sin dificultad. "Esta vez no me vas a sorprender", dijo Ava, lanzando un ataque de viento que Grandeeney tuvo que esquivar. Sin embargo, el ataque logró hacerle una pequeña cortada en el brazo. "Aumentaste tu poder mágico... ¿Qué diablos hiciste?", preguntó Grandeeney, sorprendida por el daño que el ataque de Ava había causado.

"El señor Zorem me dio un pequeño regalo para acabar contigo", dijo Ava, con una sonrisa desquiciada. Grandeeney notó que la mirada de Ava, así como su comportamiento, eran diferentes a los de su primer encuentro. "Ese poder no es estable, si sigue usándolo podría...", pensó Grandeeney, mientras esquivaba los ataques de Ava.

"¿Qué pasa?", preguntó Ava burlonamente. "¿Tienes miedo, estúpida lagartija?". "No", respondió Grandeeney, mirando a Ava con una mirada serena pero determinada. "Solo que me das lástima".

"¡¿Cómo dices?!", gritó Ava, lanzando una ráfaga de viento que Grandeeney esquivó con facilidad. "La primera vez que peleé contra ti, usabas tu propio poder, y yo respetaba eso de ti", dijo Grandeeney. "Pero ahora quieres ganar con un poder que no obtuviste con tu propio esfuerzo. El verdadero poder viene del trabajo arduo y también del corazón", dijo Grandeeney, mientras Ava lanzaba otro ataque contra ella. "¡¡Esas son estupideces!!", exclamó Ava, atacando con fuerza a Grandeeney y haciéndola atravesar una pared.

"No puedo perder contra ti...", murmuró Grandeeney, poniéndose de pie con determinación. Ava se acercaba, una lanza de viento en mano, su poder mágico aumentando a un ritmo alarmante. "Voy a demostrarte lo débil que eres, lagartija", desafió Ava, su voz llena de desdén. "Solo mírate, Ava. ¿Realmente crees que puedes ganar con ese poder maligno? Puede que aumente tu fuerza, pero estás perdiendo tu humanidad", respondió Grandeeney con serenidad, justo antes de recibir un ataque de lanza de viento de Ava.

"¡Cállate!", gritó Ava, lanzándose contra Grandeeney. Pero Grandeeney esquivó el ataque, posicionándose detrás de Ava. "Esto es el verdadero poder", declaró Grandeeney. "¡Shoha Tenkūsen!", exclamó, lanzando una ráfaga de viento hacia Ava que la envió volando por el corredor. "Te dije que no podrías vencerme, al menos no con ese poder prestado", dijo Grandeeney mientras se retiraba del lugar. "Maldición...", murmuró Ava, sintiendo como si algo dentro de ella intentara salir, destrozándola por dentro. "¿Qué demonios?", exclamó Grandeeney, sintiendo un poder maligno detrás de ella y volteando para ver cómo un aura oscura envolvía a Ava. "¿Qué es eso?"

"Ava, parece que necesitas más que solo una pizca de mi poder", dijo Zorem desde su oficina, observando la pelea. "Mi señor, por favor, puedo derrotarla. No uses ese hechizo", suplicó Ava, mirando a su alrededor con preocupación y angustia. "¿Hechizo?", se preguntó una confundida Grandeeney, mientras la voz de Zorem resonaba por todos lados. "Ava, ni siquiera con el poder que te di has logrado vencerla... No tienes derecho a pedirme nada", dijo Zorem con molestia, sosteniendo en su mano una pequeña figura de águila que poco a poco se oscurecía.

"P-Pero...", trató de replicar Ava, pero en ese momento sintió un inmenso dolor y el aura oscura la rodeó completamente. "¡Su poder está aumentando de golpe!", exclamó una sorprendida Grandeeney. La apariencia de Ava comenzó a tornarse monstruosa, estaba convirtiéndose en su forma de bestia, pero diferente, parecía que estaba empezando a convertirse en una bestia por completo. "Debo detenerla antes de que se transforme...", pensó Grandeeney, viendo lo que estaba pasando. "¡Tenryū no Hōkō!", rugió, liberando su rugido contra Ava para detener la transformación, pero el monstruo lo esquivó con facilidad. "¡Voy... A... Matarte!", gritó Ava en su forma bestial, agarrando a Grandeeney y estrellándola violentamente contra el muro. "Maldición, sus golpes son mucho más poderosos ahora", dijo Grandeeney, reincorporándose.

Continuará...

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