Capitulo 9: Sin temor a lo desconocido

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En el corazón de una cueva oculta, los dragones se habían refugiado. Igneel, estaba inmerso en sus pensamientos, procesando las palabras de sus amigos sobre su reciente pérdida de control. "Así que eso ocurrió..." murmuró, su voz era seria pero cargada de preocupación. Sus ojos se deslizaron sobre sus camaradas, quienes lo miraban con una mezcla de miedo y asombro.

Mientras tanto, Acnologia, estaba ocupado sanando a todos. Aunque había pasado mucho tiempo desde la última vez que usó su magia de curación, sus habilidades no habían disminuido en los últimos 400 años.

"Sí, fue algo extraño," admitió Skiadrum, el dragón de sombras. "Dabas miedo, parecías uno de esos dragones malvados." Recordó con disgusto a esos dragones, su rostro se endureció al recordar.

Acnologia, habiendo terminado de sanar las heridas de todos, se sentó frente a la fogata. "Lo más curioso que sentí," comenzó, "es que por un momento, emitiste un poder muy oscuro. Era similar al de los demonios de Zeref." Su declaración dejó a todos en un estado de confusión.

"¿Estás seguro de eso?" preguntó Weisslogia, mientras observaba a Acnologia con una mirada penetrante.

"No del todo," respondió Acnologia. "Igneel usó ese poder por muy poco tiempo como para afirmarlo completamente." Miró a Igneel, quien parecía preocupado por la situación.

"Un poder similar a los demonios de Zeref... Pero eso es imposible," murmuró Igneel, levantando la vista para encontrarse con la mirada de los demás.

"Al parecer, no lo es," expresó Metalicana con un tono de frustración. "Ahora tenemos más preguntas que respuestas." Weisslogia lo miró, asintiendo en silencio. "Creo que tendremos que buscar respuestas sobre esto, después de terminar esta misión," declaró.

"Estoy de acuerdo," apoyó Skiadrum, su mirada se posó en Igneel. "No sería nada bueno que volvieras a perder el control." Igneel lo miró, su rostro era serio. "No me lo recuerdes," respondió, justo cuando Grandeeney llegaba a la cueva después de inspeccionar a los aldeanos de Margaret Town, tras su batalla.

"¿Estás mejor, Igneel?" preguntó Grandeeney, acercándose a su amigo para revisarlo detenidamente. "Estoy bien, viviré," expresó Igneel, aunque su fervor era mucho más bajo de lo usual. Grandeeney parecía no estar del todo convencida. "Eso no me tranquiliza, ¿qué fue eso?" preguntó, refiriéndose al poder oscuro que Igneel había liberado hace unos instantes. "No tengo idea," respondió este.

"Pero lo averiguaremos," dijo Skiadrum, observando a Igneel, quien lo miraba confundido. "¿Cómo?" preguntó Igneel. "Si ni siquiera sabemos por dónde comenzar, además recuerda que tenemos una misión."

"Lo sé," expresó Skiadrum, "pero no nos desviaremos de ella. Iremos a ERA, es posible que allí consigamos respuestas sobre lo que te sucedió." Sus palabras parecieron calmar un poco a Igneel. "Está bien, pero descansemos un poco ¿vale? Mañana nos toca una gran jornada hasta llegar a ERA," dijo mientras los demás asentían en silencio.

Mientras todos dormían, Igneel se levantó y salió un rato de la cueva a pensar en la noche. Cuando tenía problemas o algo le inquietaba, solía salir a pensarlo afuera a solas con las estrellas. "¿Qué debo hacer?" pensó Igneel, temiendo que ese poder pudiera lastimar a sus amigos, o peor, lastimar a su hijo. Sin embargo, sus pensamientos fueron interrumpidos por una mano que se posó en su hombro. Al voltear, se dio cuenta de que Acnologia le sujetaba el hombro con una mirada de preocupación.

"¿Tampoco puedes dormir, cierto?" preguntó Igneel, su voz resonaba en la quietud de la noche. Acnologia asintió en silencio. "Sí, tengo miedo. Nunca antes sentí miedo de algo así," confesó Igneel, su mirada se perdía en la oscuridad. "Tengo miedo de que este poder se me salga de control y termine lastimando a otros."

"Igneel..." comenzó Acnologia, tomando una profunda bocanada de aire. "Sé que te asusta este poder... lo sé porque cuando te vi, vi a mi yo del pasado." Su tono era melancólico, sus palabras cargadas de una tristeza antigua. "Tuve miedo de que te estuvieras convirtiendo en mí, pero debes saber que no estás solo. Tus amigos y yo estamos contigo en esto." Igneel lo miró, asombrado. "Acnologia..." murmuró, sus ojos se encontraron con los de Acnologia.

"En este corto tiempo que hemos viajado, he aprendido de ti," expresó Acnologia, un matiz de timidez en su voz. "Aprendí a confiar en otros, tú mismo confías en mí, pese a mi pasado. Así que sea lo que sea que pase de aquí en adelante, lo afrontaremos todos juntos."

Igneel observó a Acnologia, asombrado. Las palabras de Acnologia le reconfortaban de cierta manera, disipando parte del miedo que sentía. "Gracias," expresó Igneel. "Será mejor que regresemos a dormir. No queremos que tu amiga dragona nos sermonee mañana por parecer unos zombis," bromeó Acnologia, una sonrisa juguetona en su rostro. Juntos, regresaron a la cueva para descansar, preparándose para los desafíos que les esperaban.

Al amanecer, todos se levantaron y alistaron sus pertenencias, listos para emprender el viaje hacia ERA. "Bien, creo que ya podemos partir," anunció Skiadrum, mientras él y el resto se ponían en marcha. Igneel, con su ánimo restaurado, estaba decidido a completar esta misión y descubrir la verdad sobre el extraño poder que ahora poseía.

Mientras los dragones emprendían su camino a ERA, en su despacho en el consejo, Zorem los observaba a través de su bola de cristal. "Esos tontos dragones no saben que están haciendo justo lo que quiero," replicó Zorem, una sonrisa maliciosa se dibujaba en su rostro. Detrás de él, una enorme sombra se cernía, sus enormes ojos rojos brillaban ominosamente en la penumbra.

Fairy Tail Dragon Soul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora