Capitulo 7: Indicios de un poder oscuro

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Con el amanecer, Igneel y sus compañeros se despertaron, llenándose de energía después de un desayuno abundante. El dueño de la posada, con una mirada preocupada, les advirtió: "Escuchen, al caer la noche deben regresar aquí. Ava realiza su inspección en ese momento. Si los encuentra...". Pero Igneel, con una sonrisa confiada, lo interrumpió: "No te preocupes, ya te lo dijimos ayer. Nosotros nos encargaremos de ella".

El dueño de la posada miró al grupo con cierta desesperación, pero la sonrisa serena de Igneel le tranquilizó. Observó cómo se alejaban, pero Igneel se detuvo y regresó. "¿Qué sucede?", preguntó el hombre. Igneel se acercó a su oído y susurró: "Necesito que hagas algo por mí".

Durante el día, Igneel y los demás recorrieron la ciudad de Magarett, recolectando información sobre las acciones del ministro Zorem en el reino de Fiore. Descubrieron cómo había llegado al poder y cómo usaba a sus lacayos para reclutar mano de obra. También se dieron cuenta de que Ava había transformado la ciudad en una especie de boutique de moda, aunque su gusto por la moda era cuestionable.

Al atardecer, los seis se reunieron de nuevo, preparándose para la llegada de Ava. "Deberíamos evacuar a los civiles", expresó Skiadrum, preocupado por la seguridad de los inocentes. Pero Igneel, con una mano en su hombro, lo calmó: "Tranquilo, ya me encargué de eso", dijo con una sonrisa.

Finalmente, Ava apareció, escoltada por un grupo de guardaespaldas. Notó que las calles estaban vacías, lo cual no le sorprendió, pero el silencio era inusual. De repente, una ráfaga de viento fue lanzada hacia ellos, enviándolos volando. Ava se levantó sin dificultad y observó la nube de humo que se había levantado. "¿En serio pensaron que podrían sorprenderme?", dijo con un tono arrogante. "¡No me hagan reír!".

La nube de polvo se disipó, revelando a los seis dragones en su forma real, volando en el cielo. Acnologia fue el primero en hablar: "Creo que alguien está siendo demasiado soberbia...", dijo con una sonrisa mientras observaba a Ava desde el cielo.

Ava, imperturbable, observó a los seis dragones que volaban sobre ella. "No es que no me importe", expresó con una sonrisa siniestra, "simplemente vine preparada para enfrentarme a criaturas como ustedes". Con un chasquido de sus dedos, desató una serie de ataques elementales contra los dragones. Los edificios vacíos se sacudieron con el impacto de los ataques esquivados, pero los dragones no pudieron evitar algunas heridas.

"¿Magia Dragon Slayer?", preguntó Metalicana, confundido. "Pero eso es imposible. Solo nuestros hijos o aquellos con una lacrima de dragón pueden usar esa magia".

Ava corrigió con una risa fría: "Sus hijos eran los únicos, gracias al Maestro Zorem, ahora hay más usuarios de la Magia Dragon Slayer, sin necesidad de una lacrima". Grandeeney rugió con furia: "¿Qué han hecho?!".

"Hemos mejorado el proceso para aprender dicha magia, sin necesidad de una lacrima o de ustedes", respondió Ava con una sonrisa triunfante. "¡Saluden a la nueva generación de Dragon Slayers!". Los secuaces de Ava, algunos con pequeñas escamas visibles en su piel, rodearon a los dragones. Sabían que estaban en aprietos; la Magia Dragon Slayer fue creada para cazar a su especie. Pero no podían creer que alguien fuera tan loco como para hacer esto sin las debidas precauciones.

Weisslogia murmuró: "Y pensé que no podría haber nadie más loco que Acnologia...". Acnologia lo miró con una vena palpitante en la frente. "Sin ofender", agregó Weisslogia, mientras Igneel se acercaba a ellos, nervioso. "Tranquilo, no es para tanto", dijo Igneel, visiblemente afectado por el aura del Dragón Negro. Grandeeney se volteó enojada hacia ellos mientras Skiadrum miraba al cielo. "¿Podrían concentrarse, trío de idiotas?", exclamó Grandeeney, molesta. "Tenemos problemas aquí". Los secuaces lanzaron otro ataque.

Fairy Tail Dragon Soul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora