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Gracias por salvarnos.

Desperté sintiendo un cálido tacto acariciarme la cabeza, tenía frío y no sabía dónde estaba, pero era extrañamente cálido.

Me removí algo adolorida mientras aquella mano dejaba de tocarme, instintivamente me quejé y escuché aquella leve risa. Abrí los ojos con pesadez y la vi junto a mi, recostada a mi lado mientras me observaba con una sonrisa pequeña.

—Despertaste—Dijo mientras se dejaba apoyar sobre la almohada, como pude me volteé para quedar de frente a ella, recostada sobre mi lado izquierdo.

—¿Donde estamos?—Cuestioné al no reconocer absolutamente nada en la habitación, pero estábamos en una gran y cómoda cama sin duda.

—En la casa de una señora—Respondió suspirando, su aliento muy cerca del mío—Anoche, luego de salir del bosque, divisé esta residencia, no sé cuánto caminé hasta llegar a la carretera pero llegué, y aquí estamos. ¿Tú como te sientes?—Preguntó luego de explicar.

—Me duele todo y tengo mucho frío...—Admití ocultándome un poco más entre las sábanas, ella simplemente sonrió y se ocultó junto a mi.

—¿Recuerdas que te desmayaste?—Me pregunta, a lo que asiento—Traté de apresurarme en encontrar un lugar seguro para ambas pero...Me demoré, lo siento.

Fruncí el ceño ante su disculpa, por supuesto que no era culpa de ella.

—Tuviste que cargar conmigo, estábamos a quien sabe cuántos kilómetros dentro del bosque y hacia frío y nevaba, estabas cansada y yo estaba desmayada, ¿Realmente crees que merezco unas disculpas?—Dije, a lo que sólo desvió la mirada.

—Supongo que...No...—Dijo algo avergonzada—Es sólo que...Si me hubiese tardado menos tú no habrías tenido que sufrir tanto del frío, anoche tenías los labios morados y realmente estabas helada, por eso dormí junto a ti, para que pudieras abrigarte un poco más...

¿Realmente tiene veinte años? Es demasiado buena, me siento algo inútil sin haber hecho nada por ella.

—Ven aquí—Le pedí extendiendo un poco los brazos—Ven—Pedí nuevamente.

—Pero...

—Hye...—La miré más insistentemente y con ojitos de cachorro, eso nunca fallaba.

—Permiso...—Dijo cuando ocultó su rostro en mi cuello mientras yo la abrazaba, era cálido, ella lo era.

Nos mantuvimos en silencio, su respiración tranquila sobre mi cuello cada vez evidenciaba más lo que yo ya creía saber; Estaba agotada, por lo que no fue sorpresa cuando al cabo de un rato ella se quedó dormida, yo acariciando su cabello y parte de su cuello, ella abrazándome por la cintura mientras se aferraba más a mi. Posiblemente no había dormido casi nada por haber estado cuidándome y supervisando que nada saliera mal...

(...)

Despertamos cuando un llamado a la puerta nos sobresaltó, Hyejoo separándose de mi de inmediato para acercarse a la puerta, manteniéndose ahí hasta que la voz de una mujer volvió a llamar.

—¿Chicas?—Llamó, preocupación se evidenciaba en su voz—¿Están bien? La cena está lista—Dijo.

Hyejoo suspiró en alivio y rápidamente abrió la puerta, dejando ver a una de las personas más hermosas que había visto, de hecho, una de las mujeres más hermosas que había visto jamás.

Just The Two Of Us | hyewon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora