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29 de Diciembre de 2015

Siete meses.

Cuando ya ha pasado tanto tiempo...¿Es posible creer que llegará el momento en el que nos encontrarán? Porqué a este paso realmente lo veo imposible.

¿Cosas nuevas que contar? Hyejoo cumplió veinte y yo cumplí dieciséis, ambas el mes pasado. Seguimos utilizando el colchón que nos dieron hace poco menos de dos meses, dormimos juntas y tratamos de mantener el calor bajo ese montón de mantas viejas, por lo menos dormimos mucho mejor que antes.

Al parecer a "El Jefe" No le agradó que Hyejoo fuera quien tomara mi lugar, según lo que lográbamos escuchar de los guardias en la puerta, muchos hombres que supuestamente pagaban por mi, habían exigido una explicación cuando llegaba una muchacha mucho mayor de la que ellos pedían, por lo que no fue una total sorpresa saber que yo "volvería a trabajar" Hyejoo no estuvo de acuerdo en ello, trató de convencer nuevamente a todos los hombres tontos que venían a llevarme pero no hubo caso, hacían oídos sordos a todos sus reclamos.

Yo también intenté resistirme aunque el resultado terminara siendo todavía peor, un solo golpe en el estómago y ya me quedaba inmóvil, sin fuerzas y respirando a penas, por lo que era muchísimo más fácil cargarme. Hasta ahora sólo nos habían amenazado con volver a esposarnos, quizás no eran tan desalmados como para dejarnos contra una pared fría en pleno invierno, aunque tampoco sería muy extraño si tuvieran que deshacerse de un cuerpo.

Ahora mismo, Hyejoo y yo esperábamos pacientes la hora del baño, no es como si viviéramos completamente sucias en este lugar, nos dan ropa cada cierto tiempo ya que no les conviene tenernos en un estado tan deplorable si lo que hacen es ofrecernos a ambas como producto.

—Necesito agua caliente—Murmuré mientras me escondía bajo las mantas tratando de disminuir mi tos, Hyejoo observaba lo poco y quizás nada que se veía tras la ventana, ventana que por cierto yo no podía alcanzar.

—Yo también...—Respondió sin devolverme la mirada—Ya falta poco, ten un poco de paciencia Chae—Se giró y me sonrió levemente con esa sonrisa tan peculiar, cuando se percató de mi repentina tos se acercó de inmediato y trato de calmarme.

Eso había estado haciendo durante todo este tiempo, debido a los ataques de pánico que regularmente (en un principio) me ocurrían, ella se encargaba de tranquilizarme, me cuidaba y mimaba para que tratara de olvidar esta horrible pesadilla, aún si a la mañana siguiente todo volvería a ser igual. Con el tiempo, y aunque suene terriblemente mal, puedo decir que me he acostumbrado un poco a esto, no me siento orgullosa pero creo que terminé aceptando que no hay nada más que pueda hacer.

—Tranquila...—Dijo en tono bajo mientras me acariciaba el cabello, acomodándose a mi lado bajo las mantas—Ya pasó...

Me tenía abrazada contra su pecho, tan cerca que podía escuchar los latidos de su corazón, eran relajantes y aquello sólo me impulsó a aferrarme aún más a su cuerpo y disfrutar del sonido. Ese era mi lugar favorito en este maldito lugar.

Como de costumbre, escuchamos la puerta abrirse, aunque eso no motivó el deseo en mi de levantarme del pecho de Hyejoo para observar a un hombre con el rostro cubierto en un pasamontañas.

—A bañarse inmundas—Rió el sujeto mientras se colocaba junto a la puerta—Limpien ese olor a sexo de sus cuerpos, es asqueroso.

Just The Two Of Us | hyewon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora