Prólogo

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Tres años de noviazgo acabaron en un matrimonio que a duras penas soportó seis meses de mutua convivencia. Cuando estamos enamorados no prestamos oídos a los consejos, nos hacemos los ciegos ante las claras señales de que esa relación es un completo sinsentido porque nos comemos el cuento de que "¡polos opuestos, se atraen!", lamento decepcionar sus románticas aspiraciones, pero no es así, es necesario ser afín en muchos ámbitos con tu pareja o en caso contrario todos aquellos defectos que minimizabas se convierten en una enorme bola de nieve que echas en cara en cuanto puedas. 

Durante el enamoramiento se idealizan actitudes que distan a ser muestras de afecto. Una escenita de celos representa cuan valioso eres para tu pareja. Una discusión, con gritos, insultos, cosas rotas y golpes es el pretexto perfecto para enojarte e irte unos días a dártelas de soltero y encamarte con cuanta chica deseosa de sexo casual encuentres en un antro, para luego volver y tener mucho sexo de reconciliación con tu novia. —¡Garañón!, ¡Grande!—, esos son algunos de los cumplidos que te brindan tus amigos ante tales proezas y te los llegas a creer, lo que no sabes es que hizo también ella en ese tiempo o si acaba hartándose de tu inmadurez y te envía por un tubo de una vez por todas. 

Amaba a mi esposa con todo mi corazón o al menos eso creía en ese entonces, mas eso no me fue impedimento para serle infiel, y ni ella conmigo. Lo nuestro fue una relación tóxica desde el principio. No teníamos nada en común, era simple atracción física, claro que había un sentimiento, uno donde el capricho imperaba y escaseaba el respeto. 

Sin embargo, admito que fue doloroso llegar a mi casa y encontrarla completamente desolada porque en el fondo esperaba remediar las cosas y tener un matrimonio como el de mis padres porque me negaba a ser el primer Nara en llevar inscrito, ¡Divorciado!, en su acta civil. 

Las leyes para divorciarse habían cambiado en la aldea, esto para evitar decisiones tomadas a la ligera que conllevan un desgasto emocional, además de incrementar la ya de por si alta tasa de matrimonios disfuncionales. Ahora para estar legalmente divorciado se debe estar separado de lecho, y erramos en ello,—«nos acostamos en cada rincón del que fue nuestro hogar el día que fuimos a organizar la repartición de los bienes adquiridos durante el matrimonio y lo obsequiado en nuestra boda...¡caí redondo en su jugarreta!, tomó fotos del acto y las mostró como evidencia.»— por lo que el proceso se alargó a tres años plazos, si después de esos treinta y seis meses se mantenía la firme convicción de disolver el matrimonio, se procede a la firma de las actas.  

Un día recibí un sobre en el trabajo donde el juzgado de familia me notificaba que la pelirroja exigía una pensión alimenticia bastante generosa, argumentando que aún es considerada como inmigrante, que los trámites de la ciudadanía han resultado engorrosos y su visa le imposibilita aspirar a conseguir mejores ofertas laborales; y puesto que sus ingresos eran inferiores a los míos aunado a que se había acostumbrado a un nuevo estilo de vida donde no éramos ricos, pero con mi salario podíamos darnos una estabilidad económica, lo correcto era que yo sufragara esas necesidades como si todavía fuese su marido. 

Eso acabó con mi poca moral y luego de unos cuantos meses llorando mientras me bebía hasta el agua del retrete en las cantinas por la que se había convertido en mi exmujer, decidí cobrármelas, volví a mis andadas como mujeriego y por supuesto que iba a sacarle provecho al dinero que de mala gana debía depositar puntualmente mes a mes a menos que quisiera un tour a la comisaría en la perrera. —«si otros se la cogen de a gratis, ¿Por qué no yo que la mantengo?»—así que lo mejor era cobrar mis derechos por lo que de vez en cuando me la robaba para follarla por ahí. 

En ese lapso de tiempo conocí chicas muy buenas. Esas que son dignas de ser presentadas a nuestros allegados. Guapas, sociables y luchonas, pero yo estaba obsesionado con mi ex esposa, por lo que mi intento de formar una relación con ellas duraba lo mismo que un suspiro. No fue hasta que fui enviado a una misión a la aldea vecina que descubrí la belleza que encierra el significado tras la palabra amor.  

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Historia completa que será subida en partes. Espero y sea de su agrado, sobre todo, para el público amante de los fanfics basados en los personajes de Shikamaru y Temari del manga Naruto. 

El corazón perdido del CiervoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora