Presunta involucrada

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Llevo treinta minutos sentado como cualquier civil en la terraza de una cafetería, siguiendo los pasos de uno de los cabecillas de una organización criminal que ha atacado en diferentes puntos del orbe.

Necesitaba nuevos aires. Unos que me hicieran enfocarme en algo más que planear el asesinato del nuevo tipo que se folla a mi exmujer, así que me postulé para llevar a cabo esta misión que si sale mal puede amenazar con la seguridad de muchas naciones, pero en caso contrario, me haría ascender de rango y no ser más un subordinado.

-¡Deja de arrugar el ceño o envejecerás a temprana edad!-escucho regañar a Asuma por el pequeño dispositivo de comunicación que llevo en mi oído.

Él también lo vigila a una distancia prudente, así como, dos agentes más quienes están en distintos puntos estratégicos para cumplir esta infiltración.

-De seguro a de estar pensando, ¿Será que la tipa que me follé anoche realmente era mujer?, me pareció reconocer un par de huevos más grandes que los míos, pero estaba muy ebrio para acordarme bien.-canturreó Kotetsu.

-Yo que tu pido un jugo de tomate para bajar esa cruda, en vez de el late con crema de avellana y edulcorante que bebes. ¡Pero qué fina nos resultó la niña!-acotó Izumo para unirse a la broma.

-¡Dejen de burlarse del chico!, ¿Acaso les arde que él logró ligar y ustedes no?,-«¡A callar cabrones!»-además...todos los gatos son pardos en la noche y si folló un travestido, le guardaremos el secreto, porque cualquiera quisiera olvidar una cosa tan rara como esa...¡Es que la pobre estaba más fea que cagar sangre!, al menos yo no la tocaría ni con el palo de la escoba.

«¡Hijo de su puta madre!»-Los creí más profesionales, en espacial usted señor Sarutobi, apuesto que no se han percatado que el objetivo está por marcharse, ¿o sí?

«Aunque reconozco que es imposible pasar un mal rato con este trío.»

Teníamos una cantidad suficiente de información recolectada, aunque en lo personal considero que no es momento para atacar. Este sujeto tiene un denso expediente delictivo y le acompaña otro más. Uno más sigiloso y del que se desconoce demasiado-«Lo que me produce cierta inquietud.»

-¡Bien!, ¡dispérsense y vayan tras el sujeto evitando a toda costa ser reconocidos!-ordenó nuestro líder.

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-«¡No me dejes morir!, seré padre y quiero ver a mi hijo crecer.»- Me despierto sobresaltado por la impresión de esas imágenes que no dejan de torturarme y con copioso sudor deslizando por todo mi cuerpo.

Volví a esta tierra que tanto aborrezco con el único propósito de resarcir mi pésimo accionar en el primer intento por atrapar a ese par de peligrosos delincuentes donde tuvimos una baja muy sensible en nuestro equipo. Dimos con el rastro de estos malhechores, dimos nuevamente con su paradero, seguimos sus pasos vayan donde vayan. Ahora estamos en un pueblo rural de Suna, sospechamos que aquí se encuentra su escondite o la base de operaciones. Estamos a la espera de recibir la orden de nuestros superiores para abordar.

No me equivoqué al sospechar del otro sujeto, el que recibe el alias de "El contador", es más astuto y despiadado que el tal "Inmortal, ambos son mercenarios que matan a cualquiera a cambio de buen billete.

Desearía retroceder el tiempo, tener la experiencia táctica con la que cuento ahora, quizás hoy no lamentaría mi entonces falta de agallas ni mi negligente estrategia al subestimar al enemigo, y así poder liberarme de esta culpa que me carcome a cada instante.

Es pasada la media noche y si me quedo a intentar conciliar el sueño lo único que haré es no dormir o darme un ataque de ansiedad. Envío un mensaje de texto aunque no creo recibir respuesta asumiendo que debe estar profundamente dormida, pero para mi satisfacción pica el anzuelo.-«¿Con que ansías compañía nocturna, eh? »- No me hago del rogar, por lo que salgo de la cama para colocarme la ropa ajada que tenía tendida en una silla para finalmente tomar las llaves de mi motocicleta y largarme.

Me extraña que acepte mi insinuación. Ella es de esas chicas en peligro de extinción, que mantienen sus principios aun viviendo solas. No es de las que meten a su casa al primer atorrante que cruce su camino.-«Quizás si lo hace... No es la primera vez que te equivocas con una chica, ¿no?»-Nunca me ha permitido dormir en su apartamento, he ido a dejarla o recogerla, pero no de madrugada con la clara intención de que me acepte entrar en su cama, «¡Y en ella!»

Cuando tenemos sexo, lo hacemos en otro sitio, aunque por lo que veo, ha decidido romper su propia regla haciendo esta excepción, y la verdad prefiero quemar energía en algo que me traerá un momentáneo placer antes de revivir tan trágico evento. Han pasado meses desde que regresé a esta tierra agreste y de cambios radicales climatológicos donde durante el día hace un calor sofocante y de noche un frío capaz de calar los huesos, volví con un sólo propósito-«¡vengarme de ese par de psicópatas!»-, con lo que no contaba era que me iba a fijar en una aldeana.

Es muy agradable pasar el tiempo con ella. Es ágil de mente, de armas tomar y me lee como un libro abierto; lo que no quiere decir que esté en mis planes formalizar algo ni con ella ni con nadie.

La conocí mientras espiaba al Inmortal . El maldito visitaba el mercado puntualmente los sábados. Hacía un recorrido hasta el último puesto donde se tomaba su tiempo para elegir la fruta, conversar y bromear. No había que ser muy inteligente para deducir que no iba ni por el precio ni por la calidad del producto sino por la vendedora.-«¡Y es entendible, la rubia le hace honor al rumor acerca de lo bellas que son las mujeres de Suna

Saber sobre su interés sentimental por la chica, detonó todas mis alarmas porque ella podía ser una pieza clave para su captura, así que empecé a merodearla e indagar su pasado o algo sucio sobre ella en la base de datos policiacos de la aldea de la Arena, pero nada...es una civil ordinaria cuyo único agravio a la ley en su contra es una infracción de tránsito.

Vivía en una casita diminuta, rodeada de flores y un corral. Pasé días y días observándola, esperando la aparición del imbécil, sin embargo, esto no sucedió, quizás para no levantar sospechas o porque realmente su relación fuese meramente platónica.

Le gusta salir con su grupo de amigas, bebe con moderación, no fuma ni consume drogas. Cursa la secundaria nocturna para adultos, cuida de un anciano los fines de semana para ganar algo de dinero extra y desea estudiar relaciones internacionales. Al principio, cuando estaba seguro que era informante, la vigilaba constantemente para cerciorarme si en su casa había alguna actividad comprometedora, pero desistí de mis suposiciones cuando lo más extraño que noté es que riega las plantas de noche y les habla en el proceso.

También sondeé a su vecina, quién muy amablemente y sin ánimos de hacer chisme me contó que salió con un lugareño por mucho tiempo, pero que hace un año rompieron. Lo demás lo averigüé por mi cuenta...Huérfana desde los quince años, es la mayor de tres hermanos separados por el hogar de adopción y sólo mantiene un mínimo contacto con uno de ellos.

Recuerdo la ocasión que reafirmó mi decisión de descartarla como presunta involucrada. Estaba ceñida tecleando por horas en su obsoleto ordenador cuando de repente se dedicó a contemplar el exterior, con la mente perdida en Dios sabe que, pero fue su mirada...esos hermosos ojos en verde oliva los que perdieron su característico brillo y se inundaron de una profunda nostalgia como si le pesase el alma.

Un día me animé a ir a su puesto por fruta.-«Juro que comí tanta de esa mierda que he llegado a creer que en otra vida fui perico.»-usé mi desinterés a mi favor para que esto inconscientemente atrajera su atención. Admito que no fue fácil acercármele, y si bien no pienso atarme a ella, vivo el momento, gozando de su compañía y de su cuerpo, pero en cuanto acabe con mi deber, me iré por donde vine sin mirar atrás porque en el fondo no pierdo la esperanza de reconectar con mi ex mujer y lo de la rubia quedará en el olvido como se hace con cualquier aventurilla pasajera.

***Aquí les entrego otro capítulo de esta historia y como ven la personalidad de Shikamaru no es ni parecida a la que nos tiene acostumbrados.





El corazón perdido del CiervoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora