ebria del silencio
de los jardines abandonados
mi memoria se abre y se cierra
como una puerta al viento
Alejandra Pizarnik
V
Los sueños siempre actúan como una droga, por eso la gente puede perderse en ellos incluso cuando están despiertos. Siento que la burbuja imaginaria que me cubre con el aroma ácido de hostilidad dirigida a otro, dándome protección a mí me ayuda a idealizar una vida diferente: estoy a salvo todo el tiempo. Puedo vivir en esa realidad, alimentarme de ella cada vez que lo necesite. Solo necesito creer con todo mi ser, creer obsesiva y lúcidamente en esta posibilidad.
—¿Quién es? —Sangwoo demanda una respuesta.
—Yoon Jae —se presenta el mismo —. Conocí a Yoon Bum en la escuela. Debo decir que me sorprende que tenga un alfa... Y esté en cinta —. Su mirada me examina de arriba abajo, reconociendo con desprecio esa verdad.
Quiero intervenir y gritar, tener el valor de encararle y escupirle en la cara que es verdad. Un ser crece dentro de mí, mío, de nadie más. Silencio. Detener a tiempo el choque innecesario si quiero vivir un día más junto a mi hijo. Y mi mente se siente envenenada con la seguridad de que uno se acostumbra a todo, a toda idea.
La seguridad en la naturaleza de la frase me deja temblando, con un vértigo en el estómago a causa del enojo contenido. No entiendo el origen de mi miedo tan profundo unido al resto de las otras emociones, ¿es por mi bebé? ¿las consecuencias para mí? ¿o simplemente por el otro alfa que se muestra hostil? Escucho el gruñido bajo de Sangwoo; quiero detenerlo, pero no puedo moverme del lugar. Por favor, a cualquier deidad tengo esta súplica: que nada suceda.
Y entonces aparece detrás de Yoon Jae: una omega, tranquila y con expresión amable.
—¿Qué pasa, cariño? —. Ella le toma del brazo para que la mire, libera sus feromonas, dulces con un toque de tranquilizante para su pareja.
—Oh, cariño. Déjame presentarte. Él es Yoon Bum, un conocido de hace tiempo, él es su alfa.
—Es un placer —. Se aferra al brazo de su pareja. Puede sentir el peligro, es amargo y pesado. Su expresión lo dice todo cuando mira a Sangwoo; quiero unirme a ella, decirle que también puedo sentirlo y es asfixiante vivir de esa manera, sin embargo, solo asiento con cortesía —. Deberíamos irnos.
—Pero aún no tenemos el pastel. Yoon Bum, no te molestará dejarnos este, ¿verdad?
Ella quiere hablar de nuevo, pero esta vez es un paso hacia delante deteniendo el tiempo y las voces; mostrándose extrañamente protector, Sangwoo sonríe, el gesto ensayado para una víctima, temo por los dos.
—Nosotros queremos celebrar también. Ustedes son una pareja joven, cualquier cosa que coman sabrá bien —. Yoon Jae gruñe por lo bajo.
—¿Por qué no competimos por él? Abajo hay algunos juegos donde tener una competencia justa.
Cierro los ojos con frustración. Estúpidos instintos de superioridad. Los alfa a lo largo del tiempo debieron extinguirse, pero... no puedo ser más patético: Estando al lado de un alfa asesino que podría romperme el cuello con una mano, pero con la imposibilidad de huir por voluntad propia; soy un ser que no conoce nada mejor más allá de esta necesidad primitiva de sostenerme de su mano. Quizá los omegas también deberíamos desaparecer. La tentadora idea de la inexistencia se me antoja tan relajante y liberadora, me desapego de todo excepto la imaginación. El toque de Sangwoo en la espalda me regresa para prestar atención de nuevo al ambiente. Ellos se alejan, se han dicho todo y yo no he captado nada. Los seguimos en silencio.
—Yoon Bum, me sorprendió encontrarte, ¿tu tío sabe que estás en cinta? O es...
—¿Ya tienen fecha para la boda? —preguntó nervioso.
Vuelvo a hundirme en el mar profundo y obscuro de la angustia. La respuesta es un eco sin significado. Solo siento que los recuerdos me golpean de lleno provocándome dolor en el pecho; el corazón acelerado por la herida de un solo rostro.
No soy consciente del tiempo transcurrido hasta el destino hasta que escuchó su voz:
—Felicidades.
—¿Disculpa?
—Por el bebé, aunque tu aroma no parece haber aumentado. Debe ser de alto riesgo, ¿no es así?
Bajo la mirada, si mi aroma no se vuelve más dulce significa que lo perderé inevitablemente. Las posibilidades catastróficas son bastante altas: mi pequeño no está y se convierte en una mancha roja, otra vida que plagara mis pesadillas, sin voz, ni llanto. Tratare de aferrarlo contra mí y no será nada...Una amable mano en mi hombro me hace regresar. Me sonríe. Me doy el lujo de corresponder el gesto, un poco más triste, apagado; aparentar ser educado, aunque el sentimiento es irreal.
Escuchamos una victoria aplastante; doy un paso torpe a un lado, huyendo de su toque. Hay reproche en la mirada de Sangwoo al verme cerca de alguien más, no importa quién. El pastel es el premio, probablemente también hinchar su orgullo.
Las palabras son innecesarias, miro por la ventana con el postre sobre las piernas mientras admiro la escena nocturna, ¿siempre ha sido así de bonita la ciudad? Nunca me detuve a pensar en ello, ahora que tengo solo un lugar limitado para estar se siente bien poder ver los colores cambiar, notar a todos en la normalidad. Él sabe algo. No me ha mirado, sin reproches se siente que solo se acumula la ira de un huracán. Va a estallarme en la cara, tendré que cubrirme el vientre, apretar los dientes y aguantar. Una sonrisa amarga me aflora en los labios sin querer. Es regresar a casa.
Sangwoo tiene un cuchillo en la mano y la mirada fría, firme y cruel; se me escapa el aire de los pulmones, tengo que hacer un esfuerzo sobrehumano para sostenerme en pie.
—Corta el pastel.
Me muevo obediente hasta la mesa, lo destapó; se me ofrece el cuchillo, lo tomó temblando; deja un toque discreto en mi piel, presionó sin éxito. La fuerza se me ha escapado.
—Parece que está demasiado congelado. Tenemos que esperar... —. La orden es implícita. Me siento frente a él agachando la cabeza. Juega con el cuchillo, es una amenaza constante, probablemente un recordatorio —¿Tienes algo que decirme? —. Muevo la cabeza de forma negativa —¿Qué hay de tu tío?
—Me golpeaba.
—¿Te parezco estúpido? —. Niego de nuevo sin evocar palabras —. Entonces habla.
—Yo pensé que no había nada que pudiera hacer, así que no lo hice.
Un momento de silencio, pesado y denso nos traga a los dos. La punta del cuchillo se presiona contra la mesa, el metal cede comenzando a doblarse.
—Necesitas decirme quién, qué, cuándo, porqué, cómo.
Tragó un nudo en la garganta, respiro profundo y empujo abajo la tensión para que desaparezca. No hay mucho que contar, es más que nada un deseo de no querer decir nada. Mi mano va hasta donde mi hijo ha comenzado a crecer, porque es la única esperanza que tengo, aunque sea una mentira tan grande que podría perderme a mí mismo en ella.
—¿Qué pasó con tu tío? Además de los golpes. Insinuó que mi hijo era...
—Sé lo que dijo... Y tú sabes porqué lo dijo. Por favor, no quiero hablar de ello.
—El pastel aún no se derrite.
No puedo huir del pasado, tampoco ignorarlo y mucho menos ocultarlo; todo vuelve a ser nada. Un momento de eternos minutos mientras acomodo los hechos en mi cabeza para hacerlo entendible, soportable sin todas las emociones que me consumieron en ese momento y siguen quemando, expandiendo el tóxico toque cada día por mi cuerpo, haciendo memoria del infierno.
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Notas del autor:
He vuelto después de dos años de dejar este proyecto en hiatus. Mi estilo ha cambiado a ser más fluido. Me he releído Killing Stalking para poder refrescarme la memoria. Espero que les guste.
Gracias a los que se mantuvieron fieles en la lectura y me tuvieron fe. Arriba la esperanza, abuelita.jpg
Besote tronado en la mejilla.

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Cadenas naturales
FanficBum es un omega que se ve arrastrado hasta la casa de Sangwoo; su naturaleza una vez despierta reclamaba por su alfa. Así es como se ve atrapado en esa casa. Un fanfic AU de Killing Stalking. Los invito a leer. Advertencia: Todo puede cambiar.