Capítulo VI

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Hermione regresó con los demás, podía sentir la mirada molesta de sus amigos, menos la de Luna, sobre ella. Su rubia amiga le regaló una sonrisa comprensiva y los Slytherin mantenían el ceño fruncido mientras parecían procesar la información.

- Granger, ¿todo bien? - Draco preguntó amablemente al ver la mirada cristalizada de la castaña.

La Gryffindor negó con la cabeza y tragó pesadamente el nudo en su garganta, la menor de las serpientes decidió armarse de valor y acercarse a ella - Hey Granger, tranquila - Astoria rodeo en un abrazo a la leona - tu sólo hiciste lo correcto y quien no lo entienda puede irse a la mierda. Se que no te importa nuestra opinión pero, para mis amigos y para mi, Draco y tú fueron muy valientes al arriesgarse por proteger a los demás.

- Gracias - Hermione le sonrió tímidamente, aunque aún sentía una culpa enorme por ocultar algo así a su mejor amigo.

- Granger, mi hermana tiene razón, no tienes porque sentirte mal - Daphne se acercó a ellas, para luego girarse y hacer frente al grupo de Gryffindor - Y ustedes no tienen motivos para enojarse con ella, o es que hubieran preferido que se los contará y ahora los Black estarían realmente muertos o incluso san Potter, su amiga arriesgó su propia vida y prefirió no contarles nada para protegerlos ¿y así se lo pagan?

- ¿Y así se creen superiores a nosotros? - Pansy sonrió burlonamente a los leones - Los Slytherin somos fríos y ambiciosos, pero somos una familia, y sabemos la importancia de protegernos los unos a los otros y no reprochamos a nadie por hacer algo por nuestro bien.

- Ellas tienen razón, además ustedes están enojados por lo que la supuesta Bellatrix les hizo, de lo cual Hermione no tiene culpa alguna y tampoco la verdadera Bellatrix Black - Luna habló con tranquilidad pero sin la sonrisa que siempre la acompañaba.

- Gracias chicas - Hermione sonrió un poco más animada, pero su mirada aún demostraba tristeza y finalmente se dirigió a sus amigos - Perdón por ocultarles la verdad, pero espero entiendan mis razones; ahora prefiero estar sola así que iré un rato a la biblioteca mientras regresan los demás para irnos.

- Ve, nosotras te avisamos - sonrió la menor de las Greengrass.

- Gracias

La castaña caminó a paso lento con la mirada fija en el suelo, se sentía más tranquila pero sentía que le faltaba su otra mitad; Harry era su mejor amigo, su hermano, y saber que el no quería ni verla le afectaba mucho. Su versión adulta le dijo que Harry no la iba a odiar, pero ahora no estaba tan segura de ello.

Cuando llegó a la biblioteca tomó el primer libro que encontro y se sentó en la primer mesa, necesitaba distraer su mente, pero sus pensamientos siempre volvían al mismo tema impidiendole pasar del primer párrafo, harta de eso decidió cerrar el libro y observar a las personas que habían en el lugar. Dos mesas delante de ella había un grupo de dos chicas y un chico riendo alegremente, los miró detalladamente para ver si conocía a sus padres, pero antes de sacar conclusiones una niña entró al lugar y llegó hasta la mesa donde Hermione tenía puesta la mirada.

La castaña miró fijamente a la recién llegada, era rubia platinada y su melena lacia estaba un poco por debajo de los hombros, su uniforme era de Slytherin, lo que provocó que Hermione sonriera haciéndose una idea de quien era su padre. La niña pareció darse cuenta de que alguien la miraba y volteo hacia ella, dejando a Hermione sin poder respirar.

La niña era su copia exacta, la única diferencia eran los ojos y el cabello, que le confirmaban quien era el padre.

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⏰ Última actualización: Dec 27, 2020 ⏰

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