La casa estaba oscura y sola cuando llegué.Igual que yo.
Había subido las escaleras al departamento con un hombro apoyado en la pared. Mirando mis pies colocarse sobre cada escalón y levantarme unos centímetros. Sin ser consciente de que los jardines exteriores se habían convertido en paredes de hormigón de color azul grisáceo.
Caminé en línea recta hasta mi habitación, deshaciéndome de mi mochila y el anillo que traía. Los tiré al suelo sin importarme dónde caían.
Cerré la puerta tras de mí. La dulce penumbra de mi habitación me recibió y envolvió como un abrazo. Mis ojos se dirigieron automáticamente a mi foto.
Nuestra foto.
Y como si una palanca se hubiese accionado, todo lo que había retenido en el camino a casa salió en forma de gritos y llanto. Eran las lágrimas más amargas que había expulsado en mi vida.
¿Nunca te dijo?
Está muy mal. Incluso hubo que internarlo.
Posiblemente no sobreviva.
Sentía que mi garganta se desgarraría por mis gritos, pero eso era lo que menos me importaba. El agujero en mi pecho, más grande que cualquier abismo, era lo que me estaba haciendo enloquecer. Me dolía, pero mi dolor no era nada comparado con el suyo.
Mis uñas comenzaron a clavarse en mis antebrazos, agregando el ardor de la piel a mi agonía.
¿Por qué éramos tan miserables? ¿Por qué nada podía ser bueno para nosotros? ¿Por qué debíamos pasar por todo esto? ¿Acaso no podíamos ser felices juntos?
No queremos que vayas a verlo, no le harás bien.
Desaparécete. No te queremos aquí.
Alcé forzosamente la mirada a la foto. Era una selfie. Nathan y yo, la presa que visitamos durante un paseo escolar estaba al fondo, así como los que se habían atrevido a acercarse al agua. Ambos sonreíamos, yo como idiota, con nuestras mejillas juntas. Cerré los ojos con pesar, sin dejar de llorar y emitir sollozos e hipidos, recordando aquel día en el que todo, a pesar de ser una mentira, estaba bien.
" —¿Qué tal si nos tomamos una foto aquí? —preguntó, abrazándome por la espalda. Su cara podía apoyarse fácilmente en mi hombro debido a que era unos centímetros más bajo que yo.
—Nath, sabes que no me gustan, nunca salgo bien en ellas —me giré, quedando frente a él.
—Por favor... —hizo un puchero muy tierno, con sus labios rosados algo brillantes. No pude resistirme.
—Está bien, pero sólo una, ¿ok?
—¡Claro! —sacó su teléfono y lo preparó—. Vamos, una sonrisita —sus ojos se volvieron hacia mí, notando aquel gesto que pretendía pasar por sonrisa. Parecía regañarme con la mirada.
—Sabes que esto no es lo mío, no puedo fingir una sonrisa.
Intenté separarme, pero él pasó una mano por mi cintura y me apegó más a su cuerpo. Estiró su cuello hasta que sus labios rozaron mi oído.
—Estás hermosa —me susurró. Al momento sonreí como idiota, con una ola de calidez y un raro entumecimiento recorriendo mi cuerpo. Colocó rápido su mejilla contra la mía, sonrió y tomó la foto—. ¡Perfecto! Mira, quedaste increíble —me mostró la foto y dejó un beso en mi cachete—. Voy a imprimir esta foto.
Volvió a abrazarme por la espalda, ambos mirando a nuestros amigos jugar con un alga rara que habían sacado del agua con un palo.
—Mejor vamos dentro —señalé al autobús, tomando su mano—. No quiero que te achicharres con este sol que hace."
Otro grito se escapó de mi garganta, sintiendo el vacío en mi pecho acrecentarse a cada segundo. Como una masoquista, miré de nuevo la foto. Mis incoherencias dichas a voz viva, se convirtieron en reproches.
—¿¡En serio!? ¿¡Leucemia!? ¿¡Por qué él, eh!?
"—Pareces un cerdito comiendo.
—Auch, Nathan, eso me ofendió bien feo.
—Yo creo que los cerditos son tiernos."
Una larga serie de preguntas sin respuesta salieron de mi garganta.
¿Por qué no podría ser feliz? ¿Por qué todas las personas a las que amaba terminaban sufriendo? ¿Por qué siempre perdía las cosas más importantes para mí? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
Tiré al suelo todo lo que estaba sobre la mesilla de noche, liberando un poco la rabia, la tristeza, pero no fue suficiente. Con el cuerpo y la mente agotados, un dolor cruel en el corazón y la vista nublada, eché seguro a la puerta y me metí bajo las sábanas, hecha un ovillo tembloroso y de rostro húmedo.
Aquella noche, la única que secó mis lágrimas fue la almohada.
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ᴜ ɴ ᴛ ɪ ᴛ ʟ ᴇ ᴅ #1
Short Story"Si todo el tiempo pasara, Quisiera poder olvidarlo todo, Las sonrisas, los momentos felices. No, en realidad, nos encontraríamos en otra vida. Y te amaría de nuevo, igual que antes." Untitled, G-Dragon