Capítulo 7: James

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“¿Cómo es posible que un heterosexual tenga tanta ropa?” bromeo mientras dejo caer al piso la última caja con las pertenencias de Pavel. Hemos pasado casi toda la tarde del domingo mudando sus cosas a mi departamento, y estoy exhausto.

Y también gratamente sorprendido de que Pavel haya aceptado mi oferta de quedarse conmigo luego de que Sarah lo eche de casa. Especialmente después de nuestro incómodo último encuentro en su despedida de soltero, cuando creí que nuestra amistada ya estaba arruinada para siempre.

Supongo que tampoco tenía mucha sopciones. Ni Leo, ni Sam, ni Dave le han ofrecido su ayuda. Pavel me sonríe mientras patea la puerta detrás de él y deposita la última caja en mi piso.

“Gracias por esto, James….yo….” balbucea mientras su rostro se enrojece y se rasca la nuca, nervioso.

“No digas nada” lo interrumpo. “Hace unos meses atrás, tú me ofreciste tu casa cuando yo estaba desempleado. Ahora las tablas ha cambiado y es lo mínimo que puedo hacer. Te ofrecería un empleo en el bar, pero no creo que te agrade mucho la idea de estar rodeado de maricas….”

“Todavía tengo mi trabajo en el hospital. “Pavel ríe suavemente “Tan solo debo esperar a que me trasladen. No quería seguir trabajando en el mismo lugar que Sarah….”

Cuando dice su nombre, un silencio frío e incómodo surge entre nosotros. Observo el piso por unos segundos. No se como tratar el tema de una manera delicada. Tampoco conozco el motivo por el cual rompieron, tan cerca de su boda. Nadie lo sabe.

“Lamento mucho que ella haya roto el compromiso” susurro.

“No, no lo lamentas” Pavel responde, secamente, y me mira con sus hermosos ojos chocolate y redondos.

“No, no lo lamento” confieso, con algo de culpa. “Jamás hubieses sido feliz con ella. Lo lamento, Pavel, pero era obvio”.

Pavel no dice nada, tan solo me observa en silencio. Tiene un nudo en la garganta, puedo notarlo. Al igual que aquel dia que almorzamos en la playa, hay algo que lo está torturando. Quiere decirme algo; sus mejillas se tornan rojas y su labio inferior tiembla un poco.

Me acerco unos pasos, y ahora yo debo luchar con mis propios deseos de besarlo. Va a ser una difícil convivencia si no logro dominar mis impulsos, así que utilizo toda mi fuerza de voluntad disponible y le sonrio a mi amigo.

“Bueno, basta de hablar de cosas deprimentes ¿quieres una cerveza?” le ofrezco.

“S-si...esa es una buena idea” Pavel asiente pero yo se que todavía hay algo que lo preocupa.

Camino hacia mi refrigerador y regreso con dos cervezas en la mano. Le entrego la suya a Pavel y le doy un trago a la mía. En ese breve momento,me doy cuenta que esto es una mala idea. Va a ser imposible convivir con Pavel. No voy a poder soportarlo. Entiendo que él es mi amigo y necesita un lugar donde quedarse, pero ¿como voy a hacer para refrenar mis impulsos, sabiendo que está durmiendo en el cuarto continuo? ¿con tan solo una delgada pared separandonos? ¿como voy a despertar todas las mañanas y desayunar junto a ese hermoso rostro sonriente?.

Pero sería un bastardo si lo echo de mi apartamento, sobre todo en estas circunstancias. Lo que Pavel necesita ahora es una amigo. Así que le doy otro largo trago a mi cerveza, con la esperanza de calmar mis nervios.

Pero la cruel verdad es que aún tengo sentimientos por mi mejor amigo. Sentimientos que jamás serán
correspondidos porque es hétero. Cuando vuelvo a mirarlo, noto que Pavel aún no ha tocado su cerveza. Tan solo sostiene la botella en su mano con un leve temblor.

“¿Qué ocurre?” le digo.

“Bueno...queria explicarte lo que ha pasado entre Sarah y yo….”

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