II- Chico Nerd

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Hongjoong siempre ha sido un chico tranquilo, al que no le gusta destacar mucho. Pero desgraciadamente su notable inteligencia no le permitía pasar desapercibido por los demás. Avanzó sin muchos problemas en el ámbito académico, pero cuando se trataba de socializar, las cosas eran un poco diferentes. Cómo decirlo… a Hongjoong siempre lo catalogaban como el chico nerd.

La secundaria y el instituto no fueron la época favorita de Hongjoong desde que comenzaron a marginarlo. Los demás decían que se veía como el típico chico estudioso que no habla con nadie, que usa gafas, que viste sudaderas -a veces un poco raras-, que prefiere estar rodeado de libros y que no tiene un cuerpo bonito.

Pero esas personas no podían estar más equivocadas. Sí, era cierto que estudiaba mucho, y lo disfrutaba, pues Hongjoong siempre sentía curiosidad sobre cualquier tema. También usaba gafas, pero no porque tuviera problemas con la vista -ya que no tenían aumento-, simplemente le gustaba cómo se veían en él. Le gustaba usar sudaderas porque eran cómodas y calentitas, y además, desde que había aprendido algo de diseño disfrutaba personalizarlas y darles un toque único. Su cuerpo tampoco era como lo imaginaban los demás. De hecho, Hongjoong respetaba un horario donde incluía la realización de ejercicios; por lo que gozaba de músculos definidos. Y por supuesto, si no hablaba con mucha gente era porque no soportaba la ignorancia y las personas con prejuicios.

Pero a pesar de todo lo anterior, los constantes ataques y comentarios hacia su persona terminaron por arrebatarle cualquier seguridad o amor por sí mismo. Podría vestirse como quisiera y decirse que le gusta como se ve, pero en el fondo pensaría que está feo y gordito.

Los chicos muchas veces también se burlaban que ninguna chica se mostraba interesada en él. Pero a Hongjoong eso no podría importarle menos porque la verdad, él se sentía más atraído hacia los hombres.

Cuando descubrió su preferencia sexual no pudo evitar sentirse curioso sobre el tipo de interacciones que dos hombres podían tener en el ámbito romántico. Se dedicó a leer varios libros sobre sexualidad, sobre las zonas erógenas y demás. Tuvo que usar en ocasiones sus habilidades de hackeo para poder acceder a sitios de Internet más específicos. Investigó todo, incluso las posibles enfermedades, sus vías de transmisión y cómo protegerse. Sin embargo, no tenía la determinación de llevar toda la teoría a la práctica.

Pero para Hongjoong no existía la frase “darse por vencido”. Utilizaría el mejor recurso a su disposición: la tecnología. Puede que no fuera correcto a su edad, en ese entonces; pero se creó una cuenta en una aplicación de citas. No estaba seguro de incluir algunos datos personales, así como una foto real suya en su perfil, pero lo hizo.

Se sorprendió mucho cuando le llegaron varias solicitudes, no muchas, e identificó varias personas que le parecían interesantes. No obstante, la mayoría solo estaba interesada en tener sexo debido a que sería su primera vez o porque aún era menor de edad e inexperto. Eso le hizo sentir un poco incómodo, pero no le importó, él quería explorar y conocer qué era lo que le gustaba.

Y bueno, su primera vez no fue lo más bello del mundo, pero tampoco lo consideró tan malo; al menos la otra persona había reservado una habitación de hotel decente. Sentirse penetrado no le hizo sentir cómodo, aunque de cierta manera lo disfrutó. De esa experiencia concluyó que definitivamente le gusta dar, más que recibir. Asi que para las siguientes veces seleccionó a chicos más jóvenes dispuestos a tomarlo.

Los encuentros que siguieron estuvieron mucho mejor, pero ninguno estaba dispuesto a algo más que una noche loca. Hasta que conoció a cierto chico.

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