____:Bien pequeña, vamos allá.
Rubí no hizo ninguna señal para cambiarse de postura, así que no quise forzarla a probar otra posición por si fuera más incómoda.
Ya no había vuelta atrás...
No fue difícil introducir mi miembro ya erecto en un cuerpo tan grande como el de Rubí, empecé a empujar con movimientos pausados pero constantes, era... maravilloso, jamás imaginé que Rubí pudiera otorgarme un placer como éste.
Por cada sacudida que le ofrecía a mi amante, más y más me iba alejando del mundo que me rodeaba, como si hubiera empezado a vivir un sueño tan increíble y agradable que costaba creer que fuera real.
Mi pene se deslizaba dentro y fuera de su coño con una facilidad prodigiosa, apenas podía ver su rostro desde mi posición, pero estaba convencido que mi compañera estaba saboreando esta sensación tanto o incluso más que yo.
Rubí trataba de mover las caderas rítmicamente con cada sacudida, de forma que su mayor tamaño que el mío no supusiera ningún problema para ambos.
Desconozco cuánto tiempo permanecimos los dos con esta coordinación, pero desde luego jamás quise que terminara.
Esta increíble magia pareció esfumarse un poco en cuanto me percaté que Matt estaba grabando la experiencia desde su smartphone.
____:¡Joder, Matt!, ¿qué demonios haces?, me prometiste que nadie sabría de esto.
Matt:Tranquilo, que tú no sales.
Se defendió Matt.
Matt:Tu lycanroc te tapa por completo, ésto es sólo para tenerlo como recuerdo para mí.
____:Bueno vale, haz lo que quieras...
Le respondí sin demasiadas ganas de continuar con la discusión cuando lo estaba pasando tan increíblemente bien junto a Rubí.
No recuerdo cuándo sucedió, pero mis sacudidas habían pasado a ser mucho más fuertes y firmes, siendo capaz de entrar en los lugares más incógnitos y profundos de Rubí.
Las enormes caderas de la lycanroc podían amortiguar cualquier sacudida, por muy fuerte que fuera.
Sentía que tenía una libertad absoluta, ya que la enorme lycanroc carmesí se iba adaptando a cada nuevo cambio de ritmo nuevo que proponía y no ponía limitaciones a su entrenador a la hora de sujetarla en cualquier parte de su desnudo cuerpo.
Dejar que yo hiciera todo el trabajo era un poco agotador, pero no lo hubiera cambiado por nada en el mundo.
Me abracé a su espalda, para sentir su desnudo pecho con una mano mientras la otra se deslizaba por su cálido y liso vientre, hasta ella me guió con su zarpa para que esa mano se perdiera mucho más hacia abajo, lo que hizo conseguir una posición donde apenas hubiera centímetros de distancia entre nuestros cuerpos.
Rubí había empezado a emitir pequeños gruñidos de placer, y me maravilló tanto ese comportamiento tan increíblemente humano que estaba ofreciéndome, que no podía sentirme más agradecido de tener a una compañera como ella.
Permanecimos así hasta que comenzaba a sentir que se iba acercando nuestro gran clímax.
____:Chica... C-creo que voy a...
Levanté levemente la cabeza y vi con gracia que tanto Rubí como Añil se estaban aferrando mutuamente, era como si las dos lycanroc quisieran compartir juntas y victoriosas este increíble y memorable momento junto con sus pequeños entrenadores.
Pude ver unos pequeños instantes a Matt, el pobre presentaba algunos rasguños y arañazos no muy serios en su espalda, y había dejado caer su teléfono y su cabeza se encontraba en el pecho blanco de Añil, jadeando ante el increíble esfuerzo que estaba realizando con ella.
La lycanroc shiny babeaba ligeramente y parecía apretar con extrema dureza a Matt contra su cuerpo, tanto que tenía serias dudas de si Matt podía respirar con comodidad, aunque dejé de preocuparme al ver que mi amigo no había renunciado a enseñar su carismática sonrisa.
Los empujes de Matt eran tan salvajes y violentos que sólo un pokémon tan fuerte como Añil era capaz de soportar, sentí un poco de pena, aunque también algo de respeto, por lo que Matt estaba dispuesto a hacer solo para complacer a la salvaje y exigente Añil, a costa de peligrar su propia salud, me alegró de pensar que sería un gran entrenador en el futuro.
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Una noche en el hotel (Pokefilia fuerte y +18)
Short StoryUna lluviosa noche, dos entrenadores deciden alojarse en un hotel junto a sus lycanroc, pero uno de ellos le sugiere al otro embarcarse en una nueva experiencia pokefilica con su lycanroc. ⚠️Advertencias⚠️: Esta es una historia de Pokefilia, aclaro...