Tras olvidarme otra vez de Matt, sentí que estaba listo para ofrecer lo mejor de mí a mi pokémon, su coño estaba tan palpitante que ya era incapaz de pensar en otra cosa que no fuera llenarla con todas mis energías, daba igual pensar que no la pudiera preñar siendo yo un simple ser humano y ella un pokémon.
Quería, deseaba con lujuria que la Lycanroc carmesí dejara entrar todo mi semen en lo más profundo de su ser...
Sin intentar contenerme más, hundí mi pene en lo más profundo de su cuerpo y liberé mi semilla.
Una ola intensa de placer invadió todo mi cuerpo mientras mi semen iba empapando todos los oscuros recovecos dentro de Rubí, en un estallido tan intenso de emociones que nublaron nuestras mentes, en este instante y debido a mi mayor presión en mi abrazo, el gran cuerpo de Rubí se levantó ligeramente encima del mío, lo que facilitó que no dejara escapar ni una sola rociada fuera de su coño, cada rociada de semen nos generaba una sensación tan infinita y poderosa de placer que no pudimos evitar soltar varios gemidos, incesantes hasta que llegué a liberar mi última gota dentro de ella.
Me mantuve inmóvil bajo Rubí, todavía sin poder separarme de ella debido al agotamiento, ambos vimos pasar los largos minutos a la espera de poder recuperar nuestro aliento.
Una vez recuperé las fuerzas me incorporé sobre la cama y saqué mi miembro aún húmedo sobre el coño de Rubí, que todavía no parecía haber vuelto en sí, tal vez ella ya había asumido que nunca iba a suceder lo que ha sucedido esta noche, y haberlo hecho realidad era incluso difícil de asimilar.
Me fijé que mi amigo Matt también había cumplido con Añil, él seguía permaneciendo y descansando encima de su lycanroc, todavía abrazados, pero también agotados por el increíble esfuerzo que habían gastado entre ellos, que fue mucho mayor que el nuestro, llegué a preguntarme si incluso el sueño les había vencido a los dos, ya que apenas percibía movimiento en ellos.
Rubí se recuperó y se dio la vuelta, posicionándose frente a mí, la poca luz lunar que entraba por las ventanas se paseaba por el pelaje de Rubí, haciendo relucir su pelaje carmesí de una forma extraordinaria, pude ver reflejados en sus ojos la satisfacción de haber cumplido por fin su añorado sueño, sin duda ella se veía increíblemente bien en ese momento.
____:Bueno.
Le hablé mientras acariciaba su áspera mejilla.
____:Parece que por fin te has salido con la tuya, pequeña... lo siento por todos estos años, Rubí... siento no haberte prestado esta atención de tu parte, ¿Podrás perdonarme, pequeña?
Rubí respondió acercando su rostro al mío y unificando sus labios junto con los míos, en un beso tan inesperado pero tan maravilloso que pareció durar una eternidad, ella no se detuvo y me envolvió entre sus largos brazos, de forma que esta vez nos encontrábamos frente a frente.
Ya no quería seguir preguntándome cómo un lycanroc había sido capaz de aprender un comportamiento tan humano y romántico como lo era un simple beso, ya no me importaba saber si lo que estaba haciendo estaba bien o mal, tampoco me importaba esa cerveza, simplemente ignoré cualquier tipo de razonamiento que me hiciera conectar con el mundo real y me dejé llevar junto a ella durante aquella lluviosa noche.
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Una noche en el hotel (Pokefilia fuerte y +18)
Historia CortaUna lluviosa noche, dos entrenadores deciden alojarse en un hotel junto a sus lycanroc, pero uno de ellos le sugiere al otro embarcarse en una nueva experiencia pokefilica con su lycanroc. ⚠️Advertencias⚠️: Esta es una historia de Pokefilia, aclaro...