FemNaofumi X Motoyasu (Parte 1)

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Era un hermoso día, los pájaros cantaban, el reino de Melromarc parecía en su apogeo, todo era perfecto salvo por...

—¡De ninguna manera!— Un grito que retumbó por todas las salas del castillo, seguido de varias risas masculinas. El autor de aquél grito fue el Héroe del Escudo, conocido como Naofumi. — ¡No hay una mínima razón, es más ni una mínima posibilidad que haga eso!

—Por favor héroe, no levantes la voz, entiendo tu disgusto pero esto es una gran oportunidad y necesitamos la cooperación de los cuatro héroes— tan formal como podría ser una Reina, la monarca fue quien detuvo la diatriba del héroe.

—¿Y por qué no va Perra? Ella es una mujer biológicamente hablando o Itsuki, parece más una chica— la desesperación era notable en la voz de Naofumi, junto con un ligero temblor en la misma.

—Porque quien entre ahí debe tener la posibilidad de defenderse ante los efectos del pergamino, cosa que Itsuki-sama no podría conseguir, ya que es imposible que alguien no note un arco divino, sólo las cuatro armas podrían hacerle frente— llegados a este punto Naofumi dudaba si esa era la razón, conocía algunos juegos de la Reina y ni siquiera sabía si confiar en su palabra— Además, todos conocen a Mal-... P-Perra, sería sospechoso que ella acudiera.

El Héroe parecía haber acabado todos sus recursos, su única posibilidad era agachar la cabeza y asentir en resignación. Suspiró y nuevamente habló.

—Si voy a hacer esa ridiculez, van a conseguir el vestido más asquerosamente caro, que exista y más vale que cueste dos castillos por lo menos— ese era el costo que ponía el hacer el "encargo" de la Reina, al menos quería que le doliera, o eso pensaba él, la Realeza podía darse el lujo de ese y cien vestidos iguales sin problemas.

Se preguntarán, ¿qué carajo está pasando aquí? Bueno, existe un pergamino antiguo, capaz de conceder tanta influencia a quien lo tenga bajo su poder que podría causar que una guerra de desatase. Aquél pergamino fue encontrado por Sombra en la casa de un Marqués pero no pudieron infiltrarse a causa de la gran seguridad que tenía la mansión. Todo debía recaer en los Héroes si el mundo podría seguir su curso o habría una guerra civil en Melromarc.

Avancemos dos días en el tiempo, justo al día de la fiesta en la mansión del Marqués.

—Espero que el infeliz tenga ese pergamino o haré que Filo golpeé al cabeza tinturada hasta que se desmaye— Vociferaba el Héroe del Escudo, mirando un brebaje de color azul... mismo que haría que su cuerpo cambiara al de una mujer temporalmente, su misión... seducir al Marqués o ser seducido, no sonaba tan difícil. —Majestad, espero buenas recompensas por esto.

—No debe preocuparse héroe, las habrá— y sin más, Naofumi bebió la poción, quedando dormido casi al instante, la Reina salió para esperar que la misma hiciera efecto.

...

—Joder, ¿no podían ser más pequeños? Parezco una zorra— Fue lo que dijo al verse al espejo, llevaba tiempo quejándose de su apariencia, estaba vestido... vestida con aquél vestido verde esmeralda, un color hermoso que hacía resaltar sus ojos, su cabello negro que parecía impeinable estaba acomodado en un moño mientras unos mechones caían a su rostro. Tenía las curvas de una mujer, resaltadas por un corsé bajo la ropa. No tuvo más remedio que caminar a la entrada del castillo bajo miradas inquietantes de algunos sirvientes, ¿quién era esa bella mujer? Era lo que muchos se preguntaban.

—Hola belleza— Su cara no pudo haberse deformado más en una mueca de asco, quería que el infierno abriera sus puertas y lo tragara o mejor aún, que tragara al imbécil de Motoyasu— Jamás te había visto por aquí, ¿cuál es tu nombre?

—Tócame y vas a desear jamás haberte convertido en héroe— su mirada era dulce pero a la vez el tono de voz que usó decía explícitamente un "jódete". Continuó su camino dejando a un muy confundido y caliente Motoyasu detrás.

—Naofumi-sama, me alegro que haya completado con éxito su cambio— Las miradas estupefactas de los otros dos Héroes y Perra no tenían precio, su compañero, el Héroe del Escudo se veía tan... hermosa.

—Hay un problema, el escudo, será demasiado obvio que entre con esta mierda atada a mi brazo— Melty y Raphtalia se dieron un golpe en la frente al escucharlo maldecir frente a la Reina.

—Está todo planeado, Naofumi-sama— uno de los sirvientes se acercó con lo que parecía ser un brazalete de tela, aunque era rígido y fuerte— Lo mandé hacer especialmente para la ocasión, fue bautizado como Escudo Elegante de una mano, si lo escaneas y duplicas tu escudo podrá pasar desapercibido.

Y eso hizo, convirtiendo su escudo en lo que había dicho, le quedaba bastante bien, aunque la Reina colocó el original en su brazo libre.

—Mamá, ese... Héroe no puede comportarse, me preocupan sus modales— hacía berrinche la primera princesa, como siempre.

—No te preocupes por eso, Perra, mi prima sabe mezclarse con la clase alta, sólo voy a imitar lo que hace— riendo se encogió de hombros, saboreando llamarla por ese nombre.

—Además, el Héroe de la Lanza lo acompañará como un protector— sonrió la Reina, haciendo que el rostro de Naofumi volviera a deformarse, más aún cuando colocó un anillo de compromiso en su dedo anular... un anillo de compromiso, justo cuando llegaba el susodicho— Ambos fingirán estar comprometidos. Héroe, deberá dejar su arma en manos de Sombra, quienes la resguardarán cerca de usted en caso de una emergencia.

—Es una puta broma— Fue lo único que dijeron ambos Héroes... o Héroe y Heroína.

...

—Es la última vez que vengo a otro mundo, podía estar tan tranquilo viendo anime pero ahora tengo que travestirme y seducir a un viejo cochino— murmuraba Naofumi, incluso maldiciendo el momento en que decidió ganar la carrera de su nacimiento— Y tengo que fingir estar comprometido con el rábano.

—¿Sabes que puedo escucharte?—

—¿Sabes que no me importa?— habrían continuado la discusión si no hubieran visualizado la mansión, era impresionantemente enorme— ¿Cómo carajo voy a encontrar algo ahí?

—Acuéstate con él— su risa resonó en los oídos de Naofumi, quien lo golpeó con fuerza en la pierna, aunque eso sólo intensificó su risa.

Al llegar, Naofumi puso el mejor rostro que pudo, sonriendo amablemente a todo el que se el cruzara, sujetándose del brazo de Motoyasu al entrar a la fiesta. Nada pudo asquearlo más, pero debía admitir que la colonia que usaba era embriagante. Se presentó a varias personas, la belleza de Naofumi captaba la atención de todos los presentes, tanto hombres como mujeres.

—Debo presentarme ante tan bella damisela— Ambos giraron para encontrar a un hombre bastante joven, era guapo, alto y su piel parecía jamás haberse puesto en contacto con el sol— Soy el Marqués de Rumira, Aleastor V. Kririon. ¿cuál es su nombre bella dama?

—Mi nombre es Zelia Voivola de Siltvelt, el gusto es mío— la voz de Naofumi tuvo un tono tan dulce y educado que casi consigue descolocar a Motoyasu, más aún tras la reverencia que hizo ante el Marqués.

—¿Puedo preguntar quién la acompaña?— Su vista se fijó en el rubio, quien pudo sentir como si estuviera a punto de ser asesinado.

—Es mi prometido, el Duque de Siltvelt— pudo decir esto con total tranquilidad ya que tras haber sido convocado por la Reina, el Duque se vio agradecido de ayudar a los Héroes, proporcionándole a Motoyasu un emblema que sólo poseía la familia que pertenecía al Duque. Motoyasu pudo sentir la sangre hervir cuando el Marqués coqueteó con Naofumi toda la noche, incluso deseó matarlo cuando la llevó escaleras arriba, maldecía el momento en que ese demonio de ojos verdes lo había hipnotizado con ese escudo. Al menos esa era la excusa que quería generar al reciente apego emocional que sentía por su compañero, ahora compañera.

Con Naofumi, tuvo que tragar las ganas de vomitar cuando el hombre puso sus labios sobre los de él... ¿ella? Ni siquiera importaba, con el escudo de soga lo ató rápidamente abriendo la ventana para que unas chicas de sombra entraran, ¿fácil, no?

—¡ATRÁPENLOS!— Jódete.

...

Pues primera parte, mañana subo la otra kmara se me cuidan

El Héroe del Escudo ONE-SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora