Básicamente, el imbécil de Motoyasu armó un desastre, al menos consiguieron el estúpido pergamino.
—Estúpido, estúpido, estúpido rubio tinturado— repetía Naofumi una y otra vez mientras eacapaba con Motoyasu a cuestas, habían llegado al techo de la mansión, bloqueó la entrada con un escudo de aire. —¿Tienes mierda en el cerebro? ¿Qué fue eso? ¿Recuerdas que no tenemos armas?
—Te ves linda cuando te enojas— ¿Lo pensó o lo dijo? Creo que no fue el lugar ni el mejor momento para decirlo, más al ver el rostro rojo de Naofumi, lo asumió a la sorpresa y el enojo combinados.
—¿Me veo linda? Pues estoy a punto de ser jodidamente hermosa— si las miradas matarán definitivamente él ya estaría hecho cenizas y enterrado 7 metros bajo tierra— ¿Cómo putas vamos a salir de aquí? ¡Esa mierda no aguantará mucho! ¡Maldición!
—Héroes, pueden usar esto, los emviará a la capital con la Reina— era la mujer de Sombra, con ese tono de voz que tanto irritaba a Naofumi, pero en esos momentos no pudo agradecerlo más y orar porque Dios la bendijera— Majestad los está espedando.
Y en menos de un segundo o de un parpadeo desapareció, dejando a ambos Héroes confundidos, al menos dejó cerca la lanza de Motoyasu y el artefacto.
—Necesito un trago al volver— fue lo único que dijo antes de utilizar el teletransoportador, llegando en unos segundos justo frente a la Reina que se encontraba en el salón. Todos estaban ahí Raphtalia, los héroes, Filo, Perra, Melty, incluso el herrero estaba ahí.
—Volvieron rápido— sonrió complacida la Reina, acercándose a Naofumi, entregándole una bolsa con bastantes monedas de oro, haciendo lo mismo con Motoyasu— Me alegro que hayan vuelto con bien.
—Sí, gracias al imbécil éste casi no lo logramos, es difícil correr con tacones— Raphtalia corrió hacia ella, abrazándola, seguida de Filo— Hola chicas.
—Amo... ama... Naofumi-sama, no nos deje solas otra vez— sollozaba Filo, aferrada al vestido de Naofumi— Y más aún con... el Héroe malo de la Lanza.
Eventualmente Motoyasu hizo sus pucheros y Perra su berrinche sobre que no podía ser que el Héroe del Escudo haya hecho eso tan rápido, Naofumi camino hacia ella, sonriendo como lo había hecho toda la noche, callándola y a todos en el recibidor. Su sonrisa era hermosa.
—Por favor, princesa, no debería expresarse así de mí, sólo hice lo que la Reina pidió, por el bien de Melromarc, es mi deber como Héroe— ¿Tan fácil era hacer que todos quedaran boquiabiertos? ¿Dónde había quedado el Héroe que conocían?
—Naofumi, ¿cuándo volverás a ser... tú?— preguntó Itsuki con genuina curiosidad, más porque quería seguir viendo la belleza de su compañero, en serio, ¿cómo es posible que un hombre fuera tan bueno siendo mujer?
—Supongo que en un día más, la poción tenía un tiempo especí...— no pudo terminar cuando Motoyasu tomó su mano haciéndola girar sobre sus pies para verlo, sorprendida y algo aturdida por el movimiento tan brusco.
—Naofumi, sal conmigo, al menos por hoy, ni siquiera hemos podido entablar una conversación normal sin querer matarnos, que seas mujer podría ser un gran paso para relacionarn...— ésta vez fue Filo quien lo calló, de un golpe y gritando "no toques a mi ama así".
El resto del día fue normal, casi era medio día cuando Naofumi se acercó a Motoyasu, quien rápidamente se acomodó frente a ella como si fuera un perrito a quien van a regalarle una croqueta.
—Acompáñame— fue lo único que dijo antes de tomarse del brazo de Motoyasu, no va a admitirlo, nunca iba a admitirlo en voz alta, pero la sensación que provocaba estar tan cerca del rubio era relajante y hasta satisfactoria— Descuida, envié a Filo y a Raphtalia con Melty ocmo sus escoltas, así podríamos hablar, era lo que querías, ¿no?
—U-Uh... sí, yo... quería disculparme con lo que pasó con Perra, jamás creí que haría algo así— no supo cómo iniciar pero antes de que Naofumi pudiera hablar la interrumpió— Y también quiero disculparme por ser un imbécil, te causé tantos problemas, casi hago que mueras y casi te mato en varias ocasiones por ser un ególatra que pensaba que era el protagonista de un juego... en realidad hice todo tan mal que es difícil disculparse por algo en específico.
—Descuida, tal vez yo habría hecho lo mismo— su voz fue dulce, demasiado, como si de verdad estuviera perdonándolo— Si Perra hubiera corrido a mí en pánico supongo que no podría haber evitado creerle, a pesar de no tener alguna prueba, incluso yo llegué a pensar que era culpable de varios crímenes de tan convencidos que se veían.
La sonrisa de Naofumi. Esa maldita sonrisa en ese rostro era totalmente su perdición, una sonrisa que reflejaba amabilidad pero también demostraba un coraje demasiado marcado, eran cualidades que jamás había visto, ni en un hombre ni en una mujer hasta ahora y por más que lo evitó, no pudo resistir la idea de cubrir esa sonrisa con sus labios. Más fue su sorpresa cuando Naofumi correspondió el beso, para luego mirarlo con algo de curiosidad.
—Lo siento, supongo que yo tampoco pude resistirme a ti— las mejillas rosas de Naofumi fueron lo que lo trajeron de vuelta a la realidad— No sé si seguiré sintiendo lo mismo cuando seas un hombre, pero quiero seguir viendo la sonrisa en tu rostro, Naofumi.
—Motoyasu, a veces me sorprende lo imbécil que puedes ser— dijo eso para continuar con unas pequeñas risas, ¿en serio era el Naofumi que conocía?
Y esa pregunta se hizo más grande en su cabeza cuando Naofumi volvió a besarlo, ojalá existieran cámaras, para sacar una fotografía del momento, pero estaba seguro que guardaría el recuerdo, lo grabaría para siempre en su mente y en su alma.
...
Pues me gustó el resultado, cursi pero bomnito, chau.
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El Héroe del Escudo ONE-SHOTS
Fiksi PenggemarBásicamente, todos quieren darle a Naofumi hasta por las orejas, te la pelas si no te gustan las mil historias que tengo en mente. Mi historia, mi juego, así que cállate, siéntate y prepárate para una diarrea verbal que va a impresionarte ;) Es que...