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Mingyu tiró de él para besarlo

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Mingyu tiró de él para besarlo. Su boca lo demandó y se abandonó a la lengua del tipo, dejándolo explorar su cavidad y saborearlo. Las manos grandes y rasposas subieron desde su trasero hasta su espalda, y arrastró consigo la camisa que comenzó a parecerle una maldita molestia en ese momento.

Wonwoo volvió a gemir contra sus labios, ahogándose por la falta de oxígeno, el aroma de Mingyu y todo en general. El alto solo lo miró un instante, antes de incorporarse llevándoselo consigo y obligándolo a ponerse de pie. Sus piernas casi no respondieron y Mingyu se encargó de alzarlo con esa mueca tan atractiva en su rostro y Wonwoo rodeó sus caderas automáticamente, abrazándose al lobo.

No estaba preocupado cuando cayó en la cama con Mingyu rodeándole, de hecho, no podía pensar en nada, no en otra cosa que no fuera en ese tipo caliente que tenía sobre él. El alto volvió a dejar un reguero de besos y pequeñas mordidas en su cuello y mierda, por qué tenía tanto calor, pensó Wonwoo. Podría haberlo maldecido por quitarle la ropa tan jodidamente despacio, pero el contraste entre lo salvaje de sus ojos y la delicadeza en sus movimientos lo enloquecía. Era como si el cambiaforma tuviera miedo de hacerle daño, de romperlo, y Wonwoo confiaba en él.

-Estás conteniéndote. -soltó con un graznido ronco por la excitación.

Mingyu aún tenía puestos sus pantalones mal abrochados, mientras él estaba en bóxers, Wonwoo podía ver su erección apretar contra la licra tanto como la suya y lo único que quería era que el lobo lo comiera apropiadamente. Como si hubiera una forma adecuada de comerse a Caperucita.

-No quiero hacerte daño.

-No vas hacerme daño. -frunció el ceño de manera infantil.

-Los cambiaformas -  Wonwoo le puso un dedo sobre los labios, callándolo.

-No me lo cuentes. Demuéstramelo. Y no vas hacerme daño. -reiteró con tono demandante.

Los ojos de Mingyu brillaron, una mezcla entre los anhelos del lobo y los deseos del humano, notó esa breve lucha entre las dos mitades y le sorprendió entenderlo tan malditamente bien sin necesidad de que él le dijera nada.

-Yo te diré si debes parar ¿vale? - Mingyu mordió su dedo y él sonrió. -Y te patearé si no me comes, Mingyu.

El lobo le devolvió la sonrisa y supo que esta vez no pensaba detenerse. El alto terminó de desnudarse y Wonwoo vagó sus ojos por toda esa cantidad de piel al descubierto, tragando saliva porque joder, le gustaba lo que estaba viendo.

Mingyu volvió a apoderarse de su boca, dejando que sus labios juguetearan con los suyos y bajaran por su cuello una vez más. Sus manos se arrastraron por sus muslos, tentándolo, hasta que bajó muy suavemente los bóxers y comenzó a tocarlo. Wonwoo clavó la cabeza en la almohada y las uñas en los hombros de Mingyu, jadeando, falto de aire. Él estaba jugando con de la misma forma que lo había hecho antes el chico y no sabía si gemir muy fuerte porque Mingyu estaba subiendo y bajando muy despacio su palma por su miembro o maldecir porque su lengua estaba muy cerca de su entrada. Hizo ambas cosas. Ahogó un gemido con la voz rasposa y se retorció desde la punta de los pies cuando la lengua del tipo lo penetró y sus dedos hicieron hincapié en su glande.

Mingyu introdujo un dígito después, a medida que aumentaba la velocidad de su palma al masturbarlo y se ayudaba de su boca para seguir recorriéndolo. Wonwoo curvó la espalda, sintiendo todo demasiado a flor de piel, demasiado calor,  alcanzó el orgasmo. El lobo no se detuvo, no obstante, aprovechando su clímax para continuar preparándolo para él.

Wonwoo buscó su boca, estirando sus manos para alcanzarlo y Mingyu lo comprendió, besándolo. Mierda, le gustaba tanto besar al lobo, tanto. Gimió un poco más fuerte contra sus labios y está dispuesto afirmar que él movió sus dedos como una tijera a propósito para conseguir precisamente eso, pero Wonwoo no podría estar menos interesado en regañarlo. Siente que todo él está en llamas y necesita que Mingyu termine con esa mierda antes de que pierda la jodida cabeza.

-Mingyu. susurró sobre su oído, su lengua tentando su lóbulo. –Solo pierde el control.

Una mirada caliente lo atravesó y Wonwoo se estremeció de anticipación. Mingyu lo clavó más fuerte en su lugar, abriéndole las piernas y sus dedos salieron de su interior con un chasquido obsceno. Podía distinguir el salvajismo en él y pese a todo, ese era su lobo, su Mingyu, estaba allí y era ardiente.

Wonwoo se relamió los labios de esa forma que sabía volvía loco al hombre y él movió sus caderas contra las suyas creando una fricción que le robó el aliento. Lo penetró tan despacio que lo desesperó y a la vez, dolió como la mierda, porque él era estrecho y Mingyu grande. Wonwo sabía que estaba clavándole las uñas en los antebrazos y que sus dientes estaban muy apretados, pero se relajó poco a poco con la boca del alto sobre su cuello y su pecho y sus dulces besos esperando a que se acostumbrara. Wonwoo movió sus caderas primero y la reacción fue inmediata. Mingyu lo contuvo con ambas manos y la mirada que le dio fue tan caliente y demandante que lo estremeció de excitación. El lobo comenzó a moverse, embates rítmicos y a la vez lentos, sus ojos clavados en los suyos haciéndolo sonrojarse. Wonwoo cerró los ojos y el gruñido de Mingyu y sus labios susurrando un mírame fue suficiente para él.

Cuando estuvo cerca del orgasmo sin tan siquiera tocarse, Mingyu aumentó la velocidad y algo dentro de Wonwoo supo que él iba hacerlo. Los iba a enlazar y el lobo sería suyo y él sería del lobo, y joder, quería que ocurriera.

Sooyoung le había hablado sobre eso, le explicó que debía morderlo para completar el emparejamiento y si ese día, le había asustado la idea de que un tipo medio salvaje le mordiera, ahora mismo le pareció la cosa más caliente que Mingyu podría hacerle. Por eso gimió al sentir los dientes del lobo clavarse en su clavícula, mientras seguía penetrándolo cada vez más deprisa y Wonwoo llegó al orgasmo, extasiado por la mezcla de sensaciones. Mingyu llegó poco después, soltando un gruñido que vibró a través de todo su pecho y lo estremeció. Él se abrazó al alto, sus piernas fuertemente enganchadas en sus caderas, el nudo del cambiaforma dejándolos enlazados y unidos y Wonwoo se sintió estúpidamente feliz en ese momento, como si perteneciera a ese lugar, entre los brazos de Mingyu. El lobo lo miró, sus ojos negros, sin rastros del amarillo salvaje, con su cabello alborotado pegado a su frente y Wonwoo pensó que era injusto que se viera tan jodidamente sexy y siguiera afectándolo como aquella primera vez en el pasillo de la residencia de SoonYoung.

-Bueno, esta fue una gran cita. -comentó Wonwoo, sonriéndole.

-¿Incluso aunque te gané en los recreativos?-alzó una ceja, Mingyu, apartándole un mechón de pelo de la cara.

-Soy mejor jugando a los bolos. -se encogió de hombros con tono orgulloso.

-Tendré que llevarte entonces.

-Sí, recuerda que tienes que ser un gran novio.-le guiñó el ojo.

-Lo seré, CaperuWon. Wonwoo rodó los ojos por el apodo, pero sonrió.

Bien pensado, puede que sí fuera un poco como Caperucita, sin la parte de la abuela, el cazador y con un lobo más sexy, pero Caperucita al fin de cuentas.

Bien pensado, puede que sí fuera un poco como Caperucita, sin la parte de la abuela, el cazador y con un lobo más sexy, pero Caperucita al fin de cuentas

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𝓦𝓸𝓷𝔀𝓸𝓸 𝔂 𝓮𝓵 𝓛𝓸𝓫𝓸 [ℳℯ𝒶𝓃𝒾ℯ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora