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Dylan y Cameron habían salido a caminar. Lola se quedó haciendo de comer para cuando los dos chicos llegaran.
Escuchó que la puerta de la entrada de la casa se abrió. Lola no se puso a pensar mucho en eso pensando que eran los chicos y continuó cocinando.
Sintió una presencia detrás de ella. Lola se dio la vuelta, espero encontrarse con Cameron o Dylan pero encontró a un hombre alto parado ahí. Tenía cara de pocos amigos.
Lola trago saliva, "¿u-usted quien e-es?" La chica preguntó.
"Su madre me envió por usted." El hombre habló.
Lola frunció el ceño, "pues lastima porque yo no me voy a ir de aquí."
El hombre tomó del cabello a Lola jalándola hacia atrás. Lola siseó en dolor.
"Lo siento pero usted viene conmigo aun así sea a las malas." El hombre estampó el rostro de Lola contra la encimera.
El líquido carmesí empezó a salir rodando de sus fosas nasales, lágrimas rodaron por sus mejillas al sentir el gran dolor que el golpe le había causado.
Lola pateo al hombre en el estómago, el siseó en dolor. La chica intentó correr hacia la salida pero se tropezó cuando el hombre la tomó por el pie. Volvió a sisear, el aire se le estaba escapando.
"Mi bebé..." Lola lloriqueo.
El hombre la tomó del brazo fuertemente y la levantó del suelo, "debería estar agradecida de que no me dieron la orden de matarla."
"Pues muerta va a ser la única forma que me va a sacar de esta casa." Lola habló con dificultad. "Vete pa'l carajo." Lola le tiró un puño al hombre en el rostro.
Este sacó una pistola de su chaqueta. "¡Va a salir de aquí ahora!" El hombre gruño. Agarró más fuerte a Lola del brazo. Lola mordió un dedo del hombre.
La puerta de la casa se abrió revelando a Cameron y Dylan.
Se escuchó un disparo.
Lola grito al sentir el impacto de bala en la parte inferior de su abdomen. El hombre la soltó dejándola caer duramente a el piso.
