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"¡No se! ¿Okey?" Lola dijo repentinamente al escuchar todas las preguntas que su mamá le estaba haciendo desde la otra línea.
"Lola, respétame." La señora Talabis habló intentando sonar intimidante.
"Pues— no se si Blake va a estar bien. No se que va a pasar yo no tengo ninguna manera de saberlo y eso me da miedo a mi también." Lola habló rápidamente sin dejar que su madre la interrumpiera y no lo hizo. "Ahora tengo que hacer tarea, ve y pasa tiempo con Maria y yo te llamo cuando hable con Blake." Lola habló fríamente, un nudo se le formó en la garganta al hablar sobre Maria.
Su madre colgó el teléfono.
Lola ya no quería ser como Maria, ni siquiera ser Maria. Le estaba pasando mucha mierda pero cada vez que pensaba en el gran amigo que tenía, se le olvidaba.
Y todas las pequeñas cosas que vivió con Cameron no las cambiaría por nada.
Lola no lo niega. Todavía quiere a Cameron, pero no se lo a dicho a nadie.
Lola miro a su alrededor, no tenía ninguna tarea sólo quería terminar la conversación con su madre.
Lola salió de su habitación y caminó hacia el jardín de la escuela. Se sentó en medio de la nada, solo pensando en la vida.
Tal vez Blake va a estar bien.
Pero si no lo está; solo quiero decirle un último adiós.
Lo único que pido.
"¿Me puedo sentar contigo?" Lola escuchó la voz de Louis detrás de ella. Lo miro y asintió. "Lo siento..." murmuró el chico.
"Siéntelo cuando a Blake le pase algo." Lola habló fríamente, su mirada estaba fija en el césped que la rodeaba.
"No le va a pasar nada a Blake." Louis puso su mano en el hombro de Lola. "Vas a ver que todo va a mejorar."
Lola no pudo aguantar y lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas, intentan limpiarlas, pero seguían saliendo más y su brazo ya estaba empapado.
Louis la atrajo hacia el, "Dante dijo que volverías a flotar con California." Louis murmuró contra el cabello oscuro de Lola.
