1-Inocencia adorable

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Ya habían pasado 2 días desde la amenaza que tuvieron Fushiguro y Kugisaki contra el sensei, y ambos estaban satisfechos con el resultado. Gojō-sensei se esmeraba en evitar tocar a Itadori, incluso pasándole cosas sin siquiera mirarlo. Obviamente, Yūji será un estúpido a veces, pero él también nota ciertas cosas sospechosas.

Era rarisímo que justo cuando Kugisaki, Fushiguro y Gojō conversaran, de repente su sensei dejara de darle esos "acercamientos de confianza" así de la nada. ¿Ellos le habrán dicho que eso le hacía sentir cositas en su pancita? Quizás Gojō-sensei se lo tomó a mal... ¡Oh, no! ¡Quizás ahora Gojō odiaba a Itadori por pensar que quizás esas cosquillas de pendejo eran una enfermedad extraña!

Se puso a chillar como loco y a rodar por toda su cama, ese era su día libre por lo que se la iba a pasar acostado. ¡Ahhh, se odiaría a si mismo si el peliblanco lo odiaba por enfermo! No era su culpa sentir que le agarraba una taquicardia de repente solo por estar cerquita de Gojō, claro que no.

-¡¿Eres imbécil o bebes petróleo?! -la boca de Sukuna apareció en su mejilla, junto con ese ojo. Yūji suspiró, no estaba de humor como para soportar a Sukuna en sos momentos.

-¡Pero lo más probable es que me odie! ¿Es raro que yo sienta cosas en mi panza cada vez que hay esos acercamientos de confianza? ¿Es una enfermedad contagiosa? -preguntó, sintiéndose desesperado.

-Ohh, por Dios, hay sufrimientos y torturas horribles y luego está vivir en el cuerpo de un adolescente inocente -no entendió. Itadori por supuesto que no era inocente, ya sabía perfectamente la historia de la abeja y la flor, no necesitaba eso.

-¡Pff, para que sepas, yo ya sé como se hacen los bebés! -dijo, con el pecho lleno de orgullo, mientras se pasaba una mano tratando de lucirse.

-Ajá, si, ¿como se hacen, genio? -preguntó, sarcástico. Itadori recordó perfectamente sus clases de educación sexual, las cuales no prestó ni un poco de atención ya que, era obvio como nacen los bebés.

-Muy fácil. Esta la abejita, y pues, mete su trasero en el polen de la flor, ponolizando esa florecita, ya después de ahí sale un feto y se mete en la panza de la mamá por el ombligo, 9 meses de gestación y, ¡ta-dá! Nacen bebés -dijo, como todo un sabio -. ¿Ves que no soy inocente? -preguntó, sonriendo con los ojos cerrados.

-... Quiero que te alejes lo más posible de todo el mundo, Yūji -la voz de Sukuna sonó sofocada, incluso entrecortada. No entendió, ¿por qué Sukuna se pondría así? ¿Acaso es muy boba su explicación?

Itadori Yūji, eres tan... Inocente, hay que cuidarte, pensó el rey de las maldiciones, totalmente enternecido por esa explicación tan infantil.

❥︎¡𝑰𝒏𝒕𝒆𝒏𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒑𝒓𝒆𝒍𝒊𝒈𝒓𝒐𝒔𝒂𝒔! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora