❥︎¡𝑰𝒏𝒕𝒆𝒏𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒑𝒓𝒆𝒍𝒊𝒈𝒓𝒐𝒔𝒂𝒔!

Final Alternativo

ahora ya tienen su final feliz :D

-Yo no planeaba vivir así, sinceramente -comentó Yūji, mientras se sentaba al lado de su recién esposo.

-¡Ja! Ni yo. Pensé que quizás te podrían perdonar la vida -rió un poco -. Deben de estar como locos celebrando tu "muerte" -se acarició la cabeza con el hombro de su lindo esposo.

-Lo más probable. Aunque me gustaría haberme despedido de Kugisaki y Fushiguro, los extraño -suspiró, pensando en sus mejores amigos.

-Ay, mi vida, yo también -agarró la mano de su amor y la apretó contra él, mientras la llenaba de besos -. Los extraño muchísimo, pero me hubiera muerto en vida si te hubiera pasado algo -se bajó la venda de sus ojos, mirándolo, tan radiante como siempre.

-A mi me hubiera gustado que siguieras adelante, hay billones de hermosas personas muchísimo más lindas y mejores que yo, Satoru-san -y ahí otra vez sus inseguridades. Gojō lo miró mal por decir tal ridiculez.

-Para mi, eres lo mejor que me ha pasado en muuucho tiempo -juntó las sillas del balcón, acostandose en el pecho de su amado. Itadori sonrió por tal cumplido, se sentía amado y querido por su bella pareja.

-Tu también eres lo más lindo que me ha pasado en la vida -le sonrió más, y Gojō no pudo evitar dar una de sus mejores sonrisas -. Pensaba que... Podríamos ser, ah, no sé, ¿padres? -la cara de sorpresa de Satoru lo hizo sonrojar -. ¡S-si quieres no, claro!

-¡Oh no no no, no te miré mal! ¡Es que no me lo esperaba! -trató de calmar el nerviosismo de su esposo, quien estaba de lo más avergonzado por tal cara que le plantó el mayor.

-¡No, tranquilo! Yo se que es una petición eh, un poco, ah, ¿extraña? -ni él sabía que decía ya. Los nervios cambian a las personas. Estaba  un poco desilusionado, pero nada grave, entendía perfectamente que Gojō no quería hijos.

-Peque, solo estoy sorprendido, es todo -le sonrió con ternura. El otro jugó con sus dedos, mirando hacia abajo con un ligero sonrojo -. La verdad... Pensé que sería yo quien te dijera eso -Itadori rápidamente levantó la mirada para ver a su esposo, con los ojos brillando.

-¡¿De veras?! -preguntó con tanto entusiasmo que algunas lágrimas bajaron. Satoru sonrió más, muerto de ternura -. ¡Ohh, Satoru-san! -y saltó a abrazarlo, haciéndolo caer en el piso del balcón.

-¡Ow! -chilló por caer al piso, sintiendo un poco de dolor -... Ah, cariño, creo que deberías de decirme con el "san" -pudo pronunciar entre los besos de su esposo, quien estaba radiante por dar amor.

-Tu... Eres... Mayor que... Yo... De todos... Modos -logró decir mientras repartía besos por toda la cara sonrojada del mayor. Ambos sonrojados, casi muertos de amor, mientras se daban mimos.

Cuando Fushiguro y Kugisaki estaban peleando contra los chamanes, de todas categorías, todos los menores de la escuela Kyoto, y uno que otro que ya era un chamán oficial. Eran tres contra más de 20. Fushiguro logró distraer a algunos que intentaban atacar a Itadori mientras llamaba a Gojō, quién, prácticamente al minuto estaba ahí.

Un ataque directo que iba a Itadori, mientras los otros tres se encargaban de los demás, casi le llega, pero Gojō Satoru estaba ahí, y mientras el chamán más poderoso de todos estuviera ahí, era obvio que Yūji Itadori no iba a morir. En un tiempo inigualable, Itadori ya estaba lejos de ahí, pero le arrancó unos cabellos para que pareciese que él fue desintegrado. No le pudo decir nada a Fushiguro ni a Kugisaki, por lo que ellos quedaron con un trauma extra al ver que solo quedaron cabellos del muchacho.

Quizás ya nunca más podría ver a Fushiguro y Kugisaki, pero al menos estaba tranquilo con que ya las muertes causadas por maldiciones iban a reducir en cantidades anormales, que al menos, podría leer manga tranquilo, escuchar música, ver televisión, vivir junto a quien ama, y, quizás, que sus amigos vivan una larga vida.