1989
La gente gritaba como desquiciada aquella noche en algún lugar de Estados Unidos, vivimos tanto tiempo de un lado a otro que la mayor parte del tiempo no tengo ni puta idea de dónde estamos. Pero estamos.
Se sentía bien caminar por el escenario con las manos de los fans siguiéndome, comenzaban a amarme después de unos años. Nunca me amarían como a Cliff, pero tampoco es que lo desee, pues quiero que me amen por ser Jason y no la sombra de alguien que está muerto.
Los que todavía no se acostumbraban a mí eran el trío de idiotas que me habían aceptado en la banda hace un tiempo y yo todavía me sentía fuera de lugar entre ellos. Kirk es probablemente el menos hijo de perra conmigo, eso sólo cuando estamos a solas porque si se le unen el dúo de James y Lars, entonces se le olvida que me tiene aunque sea algo de aprecio.
A veces no sé qué me mantiene al margen con la banda, pero vivo el sueño cada que subo al escenario y hago lo mío y no cambiaría eso por nada del mundo.
Cuando entré a las regaderas ahí ya estaba el resto de los chicos, jugando como adolescentes a ver quién la tenía más grande. La pena ajena que me causaban era más grande que cualquiera de nuestros miembros.
-¿No se te antoja, Newkid? –habló James, en tono burlón y de por sí, asqueroso.
-Por enésima vez en todo el puto tour, NO –contesté sin verlo, me dediqué a regular el agua de mi regadera- Lo que sí se me está antojando es meterte un palo por el culo hasta que se te salga por la boca.
-UHH –profirieron Kirk y Lars al mismo tiempo. Antes solía quedarme callado ante sus comentarios, hasta hace poco comencé a contestar y vaya que eso ha aligerado la carga de tener que estar con ellos.
Pese a haber sido el último en entrar a la ducha, fui el primero en salir mientras el trío seguía haciendo pendejadas. Dudaba mucho que les gustara bañarse, cualquier diría que sólo entraban a la regadera para jugar.
Entré a mi propio cubículo dentro del recinto y ahí me estaba esperando una chica pelirroja. Apenas me vio se sacó la blusa y dejó relucir unos pechos pálidos pero de gran tamaño. No podía estar más agradecido por estar en esta banda.
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Nothing else matters
Fiksi PenggemarA mi lado no había nadie, sólo una nota sobre la almohada: "So close, no matter how far..."