Confío en tí ░╎Cánada 2p. ¡!

01

Corrí por el bosque despavorida, el frío estaba entrando por cada poro de mi piel la cual estaba al descubierto por la falta de ropa. No podía aguantar más. ¿Por qué...? ¿¡Por qué tenía que ser tan desgraciada?! Había conseguido huir de mis captores y ahora ellos me están persiguiendo. Pero no iba a vivir para contarlo...

Caí al suelo y cerré los ojos cuando me di cuenta que mis piernas ya no respondían por el cansancio y el hecho de haber estado corriendo por horas por la nieve. Iba a morir o lo que era peor iba a volver a ese maldito sótano oscuro...

Esperando a que ellos me atrapasen. Escuché el ruido de lo que parecía el sonido de estar cargando un arma, por un momento me asusté pero luego me percate que había algo delante mía. Abrí los ojos y pude ver de espaldas a un hombre alto, se notaba bastante fuerte, pelo rubio alborotado agarrado en una cola baja y tenía una camisa de cuadros roja. En sus manos tenía una escopeta. Parecía que se puso delante mía para defenderme.

-¡Fuera de mi maldito bosque esto es propiedad privada! -Gritó aquel hombre, apuntando de nuevo con su escopeta hacia mis captores.

¿Tal vez no estaría tan muerta como pensaba...?

Escuché unas carcajadas salir de la boca de mis captores. Seguramente pensaron que el no iba en serio a disparar, error por su parte porque el hombre rubio empezó a pegar tiros a todo lo que pudiese, viéndose mis captores obligados a correr.

Sentí como si el alma se me fuese a salir del pecho del alivio. Pero no duró mucho, estaba a punto de desmayarme por el frío, pero la adrenalina de ser perseguida me había mantenido despierta hasta ahora. Caí al suelo apunto de cerrar los ojos. Pude ver antes de desmayarme como el hombre rubio se daba la vuelta, no pude verle bien la cara pues mi vista se nublada. Solo pude ver unos ojos color violeta y como apoyada una rodilla en el suelo delante mía. Mientras me cubría con su camisa de cuadros roja.

Al rato desperté y miré que estaba siendo cargada por alguien. Observé al suelo y aún estábamos caminando por la nieve. Pude ver unos pies que llevaba unas botas que eran de hombre; alcé mi vista y me tope con los mismos ojos violetas de antes.

-G...gracias por lo de antes -Dije temblorosamente, agradeciéndole por salvarme.

El rubio negó con la cabeza sin cambiar si semblante serio y me terminó diciendo:

-Mejor no gastes energías hablando, ya casi llegamos a mi casa y entrarás en calor. -Comentó girando su cabeza mirando hacia delante.

Dejé de hablar como el dijo y mejor me quedé en silenció, la verdad estaba muy cansada. Pero al menos quería agradecerle por salvarme la vida.